Parash? Vaikr

Los hijos del hoy y del ma?ana

Nos encontramos muy cercanos a la festividad de Pesaj por lo que dedicaremos estas dos semanas a aspectos relevantes de la Fiesta de la Libertad.
Es conocida la historia ocurrida a David Ben Guri?n, quien ante una Comisi?n de jueces americanos que le preguntaron por qu? el pueblo jud?o se sent?a tan ligado a la Tierra de Israel respondi? que tal como ellos bien sab?an, hace 300 a?os llegaron los fundadores del Estado Americano en el Mayflower. Pero, cu?ntos americanos saben a qu? hora parti? esta nave, c?mo estaban vestidos los Padres fundadores y qu? comieron durante la traves?a. En cambio todos los ni?os jud?os saben cu?ndo y c?mo, hace m?s de 3319 a?os, nuestros antepasados partieron de la tierra de Egipto en una traves?a hacia la libertad.

?C?mo hemos logrado mantener este profundo conocimiento y vivencia?

Una parte central de la Hagad? de Pesaj la ocupa la lectura de los cuatro hijos: el Sabio, el Malvado, el Simple y El que no sabe preguntar.
?Por qu? aparecen estos cuatro tipos de hijos? ?Acaso alguien considera que uno de sus hijos es malvado? ?Qu? relaci?n tiene esta parte de la Hagad? con el precepto de ?y relatar?s a tu hijo la salida de Egipto??
Justamente nuestros sabios nos aclaran que cada padre debe cumplir con este precepto y no puede dejarlo librado a la mano de los maestros. La mitzva s?lo se cumple cuando las palabras del relato llegan al coraz?n de nuestros hijos, por lo que debemos esforzarnos en ser buenos pedagogos y conocerlos muy bien para saber c?mo llegar a cada uno de ellos.
Si comparamos el texto b?blico con la Hagad?, veremos que el orden de las preguntas de los hijos y sus respuestas no se mantienen en ambos textos.
Nos llama la atenci?n que cuando se habla del hijo Sabio y del Simple aparece la palabra ?ma?ana? y en el caso del Malvado y El que no sabe preguntar aparece la palabra ?hoy?, ?acaso hay hijos del hoy y otros del ma?ana?
Lo primero que queremos aclarares a nuestros hijos es que todos son muy buenos ni?os pero que poseen necesidades y concepciones del mundo que son diferentes.
El hijo Sabio: en el relato b?blico este hijo se encuentra 40 a?os luego de la salida de Egipto y antes de la entrada a la tierra de Israel, ni ?l ni su padre la vivieron, a este hijo que pregunta sobre las leyes de Pesaj ?que ustedes cumplen? y que es muy sabio nos dicen nuestros rabinos que debemos hacerle vivir la magia del relato. No s?lo debe ser sabio sino que debe vivenciar el calor de la familia reunida, la comida especial y bajar de su ?torre de marfil?.
El hijo Malvado: no es tal, s?lo que debemos saber llegar a ?l y a sus cuestionamientos. El hijo sabio se detiene en el mundo de lo sagrado, este hijo es el extremo opuesto, su mundo es el material, alejado del ritual y los detalles. Son muy buenas sus preguntas, pero debemos explicarle que fueron los detalles los que nos permitieron, y permiten, continuar con esta tradici?n milenaria. Debe saber que nuestro deseo es que ?l, dentro de 50 o 60 a?os, tambi?n pueda trasmitirla a sus nietos de forma que estos sigan siendo parte de la mesa del Seder.
El hijo Simple, es f?cil confundir al simple, no es un tonto, la palabra ?Tam? en hebreo quiere decir completo. Este hijo pregunta ?qu? es esto?, relacionado a las leyes de los Primog?nitos. ?l no entiende por qu? tienen que haber diferencias entre los hombres y por qu? Dios orden? al pueblo de Israel hacer el sacrificio pascual y con su sangre pintar los marcos de las puertas a fin de que ?stas sean salteadas en la plaga de los primog?nitos. Al simple debemos contestarle que las diferencias hoy son necesarias, que en el Plan divino el d?a de ma?ana todos los hombres seremos iguales, pero mientras esto no ocurra, ?l formar? parte de la mesa del Seder y del relato de Pesaj.
El que no sabe preguntar nos presenta el desaf?o m?s grande, en una mesa en donde la clave es preguntar, este hijo no ha encontrado el modo de relacionarse con los s?mbolos y signos de la festividad y de las costumbres en general. La Hagad? le pide a los padres ?at ptaj lo?, tu debes abrirte a ?l, debes entender el gran poder que est? detr?s de ese silencio, llegar a su coraz?n y para eso escucharlo sin nunca romper el di?logo.
Lo importante es que los cuatro hijos est?n en la mesa del Seder, que convivan en sus diferencias y que nosotros como padres podamos conocerlos y apreciar el inmenso tesoro que cada uno posee, pues la clave del hoy y del ma?ana est? en el ayer.

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