La Profec?a
Hemos celebrado esta semana la fiesta de Simjat Tor?, en la que leemos la ?ltima porci?n semanal y comenzamos un nuevo ciclo de lecturas semanales con la parash? de Breshit.
Los cinco libros que componen la Tor? fueron dictados por el Creador bendito a nuestro Maestro Mosh?, que los puso por escrito palabra por palabra seg?n le iba dictando el Creador. El primer libro, el libro de la Creaci?n (o ?g?nesis?, en griego), relata eventos que tuvieron lugar mucho antes de Mosh?, incluso antes de que alguien pudiera captarlos para poder trasmitirlos a otras personas, y solo podemos conocer estos eventos gracias a la profec?a.
La profec?a es un don precioso del Creador, es la posibilidad de establecer una l?nea de contacto entre el Creador y sus criaturas. En este contacto podemos acceder a conocimientos que est?n mucho m?s all? de las posibilidades f?sicas o incluso intelectuales de los hombres. No solo saber qu? pasar? ma?ana, sino de descubrir los mism?simos secretos de la vida.
Este contacto prof?tico se denomina en algunos pasajes b?blicos como ?delante del Se?or?, como podemos ver en este libro (4:16) que Cain sali? de ?delante el Se?or?. O como vimos en los ?ltimos vers?culos del Deuteronomio (34:10), que el Creador conoci? a Mosh? ?cara a cara?.
Condiciones
Claro que no cualquier persona puede autodenominarse ?profeta?, no cualquiera puede acceder a este precioso contacto. Es necesario el cumplimiento de unas condiciones muy estrictas, que le hagan digno de tener este contacto.
No tan solo condiciones ?personales?, particulares del profeta, el conocimiento de los secretos de la profec?a, el idioma hebreo en que se trasmite y el c?digo especial que permite descifrar los mensajes, sino que tambi?n debe haber unas condiciones ?ambientales? que lo permitan, como, por ejemplo, que la mayor?a del Pueblo de Israel habite en su parcela en la Tierra Santa y que el nivel espiritual de la mayor?a de sus miembros llegue al nivel adecuado.
En el Pueblo de Israel hubo miles de personas, a lo largo de su historia, que llegaron a diferentes grados de profec?a, pero ninguno que llegara al del Maestro Mosh?, mucho m?s all? de lo que podemos imaginarnos, lo que le permiti? escribir la Tor? sin permutar una sola letra, sin una sola falta.
Nuestros Sabios, receptores de muchos de los secretos de la profec?a, que no pod?an recibir a causa de los problemas ?ambientales?, nos explican que los primeros once cap?tulos de la Tor? no pueden entenderse al pie de la letra, sino que est?n completamente codificados. No solo ellos, ya que toda la Tor? esconde un mensaje muy profundo que puede intuirse en much?simos pasajes, pero a partir del cap?tulo doce por lo menos nos da la impresi?n de entender algo, podemos leer pasajes de la ?Historia Sagrada? de nuestros Patriarcas, que esconden mensajes trascendentales en cada una de sus palabras e incluso de sus letras. No son as? los primeros cap?tulos, que est?n completamente codificados.
Dar Nombres
Uno de los primeros mensajes de esta parash? est? en el cap?tulo 2 (vers?culo 20), que dice que Adam dio nombre a todos los animales, a todas las aves y a todas las fieras del campo. Claro que no se trata de un nombre cualquiera, que para esto no es necesaria ninguna cualidad especial y no ser?a digno de ser mencionado en la Tor?. Se trata de una capacidad extraordinaria de captar la esencia de los seres y tambi?n un maravilloso conocimiento de las posibilidades de expresi?n, que le permiti? dar el nombre m?s adecuado a cada uno de los seres vivos.
Este don lo tienen los padres jud?os, que est?n bien ?sintonizados?, en el momento de nacer su hijo o hija, y que les hace capaces de otorgarle el nombre m?s adecuado.
Estamos hablando de la funci?n del habla, que es ?nica del g?nero humano. No se trata tan solo de ?comunicarse? con otros miembros de la especie, que esto lo hace cualquier animalito. Se trata de ser capaz de expresar con palabras ?nuevas?, abstractas, unos sentimientos, unos conocimientos mucho m?s all? de nosotros mismos o de nuestro ambiente.
Necesidad Primaria
La funci?n m?s elevada de esta capacidad es la profec?a, la comunicaci?n entre el Hombre y el Creador. Y esta comunicaci?n es uno de los deseos, o incluso necesidades, m?s primarios del Hombre, que lo intenta por todos los medios, sin ?acertar? a usar el adecuado.
Ya que para ello, como hemos visto, son necesarias unas condiciones morales, espirituales, ser capaces de no hacer nunca mal uso del don del habla, no insultar, no enfadarse, no hablar mal de nadie, no decir groser?as. No mentir. Si despreciamos este don al usarlo para cosas impropias, prohibidas, alejamos m?s y m?s la posibilidad de llegar al contacto directo y consciente con el Creador.
Saber Hablar
Incluso desde el punto de vista m?s profano, resulta terriblemente impropio despreciarnos a nosotros mismos al desmentir nuestras palabras, o al ?ensuciar? con porquer?as la maravillosa capacidad que tenemos. Debemos saber hablar correctamente. M?s aun cuando comprendemos la verdadera dimensi?n de este poder. ?C?mo podemos desperdiciar estas condiciones, por lo menos las que est?n en nuestras manos?
Al cumplir cada uno de nosotros con su propia misi?n, va creciendo el ambiente positivo a nuestro alrededor y se hace m?s cercano el momento en que esta relaci?n clara y di?fana con el Creador sea posible de nuevo.
POR ESA RAZON ESTAR AL PENDIENTE DE NOSOTROS MISMOS.
se debe entender que los actuales nombres de las diferentes especies, son los originales que les dio Adam? como entonces uno lee en art?culos relacionados que este o aquel animal fue descubierto por x investigador en la materia y bautiza al animal con tal o cual nombre?
Los nombres actuales no siempre coinciden con los originales. En primer lugar, est? claro que dio los nombres en el idioma de la Creaci?n, en el idioma de la Profec?a, que es el hebreo, en el que est? escrita la Biblia.
Por desgracia, con las persecuciones, los exilios y las di?sporas se perdi? parte de la tradici?n oral que permit?a asociar cada animal con su verdadero nombre. Todos aquellos animales que no estaban en la vida cotidiana de los jud?os a lo largo de la historia, se han ido perdiendo.
Ser? necesario recuperar, con enorme esfuerzo, el don de la profec?a para poder acceder de nuevo a los nombres originales. Espero que sea muy pronto.
me encant?, sabemos por conocimiento el poder que se tiene al hablar y m?s a?n ese don maravilloso que es el ponerse en contacto con nuestro Creador y decir lo que ?l quiere que sepa se su pueblo, s? que es un don preciado, me encantar?a poder conversar cara a cara con el Eterno.
Shalom