Esta parash? concurre a ense?arnos acerca de los fundamentos imprescindibles para construir una identidad colectiva. “D? a los hijos de Israel que me traigan ofrendas donadas por todo hombre que las diere de coraz?n”, ordena Dios a Mosh?. “Ofrendas de plata, de cobre, de lana te?ida … y me har?n un santuario…”.
Basta un m?nimo de suspicacia para preguntarse: ?Es que necesita Dios, bajo cualquier punto de vista, que los integrantes del pueblo contribuyan para la construcci?n del santuario?
Una vez m?s, como sucede usualmente en la b?squeda de respuestas simplistas, esta pregunta equivoca el sujeto de la cuesti?n. No es Dios quien necesita colaboraciones ni santuarios, sino el pueblo, cada individuo del pueblo de Israel, son quienes adolecen, realmente de elementos que materialmente signifiquen un compromiso real, de acciones tendientes a reforzar una cohesi?n que los identifique como grupo consistente. Read more