Rabino Yitzjak Aboud
El ser humano fue dotado de un libre albedr?o que es enteramente libre. No hay nada que lo detenga de llegar a ser el m?s bajo de los viles asesinos ni nada que le impida alcanzar el mayor nivel de espiritualidad y grandeza humana. De no ser as?, nadie podr?a ser condenado por sus acciones malas ni ensalzado por las buenas. No ser?amos m?s que robots si cada acci?n buena fuese recompensada inmediatamente y cada acci?n mala fuese castigada instant?neamente.
Incluso hay opiniones rab?nicas que afirman que el ser humano puede afectar negativamente a otro ser humano con su libre albedr?o, si lo utiliz? para el mal. D-s interviene en algunos aspectos para que el hombre no se coma vivo a su semejante. Sin embargo, dej? a la humanidad con una amplia gama de libertad en su andar por la espiritualidad. Esto es como un padre que
decide no intervenir en los pleitos infantiles. Entiende que lo mejor para ellos es que se arreglen solos. Claro, siempre hay excepciones y al padre le conviene usar su materia gris para decidir si debe intervenir en alg?n caso espec?fico. Si no, estar?a criando gente sin criterio. Eso es como aquel padre que le ense?a a su hijo usar una bicicleta: Lo mantiene equilibrado un rato, pero debe soltar finalmente. No es l?gico que siga sujetando el asiento del ni?o mientras el joven pedalea por toda la ciudad.Cuando soltar?, el ni?o se caer?, se raspar?, pero finalmente aprender? montar una bicicleta. Read more