Parash? Tzav

Parash? Tzav

Shabat Hagadol

Quisiera compartir un texto del escritor brasile?o Moacyr Scliar, espero que puedan utilizarlo en el Seder de Pesaj, junto al texto tradicional.

Al iniciar el Seder:
Esta mesa en torno de la cual nos reunimos, esta mesa con las matzot y con las hierbas amargas, esta mesa de Pesaj con su mantel inmaculado, no es una mesa; es una embarcaci?n m?gica con la que navegamos por las brumas del pasado, en busca de las memorias de nuestro pueblo.

Sent?monos, pues, a esta mesa.

Somos muchos esta noche.

Somos los que est?n y los que ya se fueron; somos los padres y los hijos, y somos tambi?n nuestros antepasados. Somos un pueblo entero en torno de esta mesa. Aqu? estamos para celebrar, aqu? estamos para dar testimonio.

Dar testimonio es la principal misi?n del juda?smo. Dar testimonio es distinguir entre la luz y las tinieblas, entre lo justo y lo injusto; es rememorar los tiempos pasados para que el presente extraiga de ellos su lecci?n.

Antes de Halajmania

Este es el pan de la pobreza que nuestros antepasados comieron en la tierra de Egipto. Quien tenga hambre y son muchos los hambrientos en este mundo en que vivimos- que venga y coma. Quien est? necesitado y son muchos los que sufren necesidad en este mundo en que vivimos- que venga a celebrar con nosotros el Pesaj.
Es el legado ?tico de nuestro pueblo, el mensaje contenido en este alimento sencillo, en este pan ?cimo que lo sus-tent? en el desierto y que lo viene sustentando a lo largo de las generaciones. Se debe ser justo y solidario, se debe amparar al d?bil y ayudar al desvalido.
El desierto que tenemos que atravesar hoy no es una extensi?n de arena est?ril, calcinada por el sol implacable. Es el desierto de la desconfianza, de la hostilidad, de la alienaci?n de los seres humanos. Para emprender esta traves?a tenemos que proveernos de las reservas morales que acumul? el juda?smo, de las pocas y simples verdades que constituyen la sabidur?a del pueblo. Ama a tu pr?jimo como a ti mismo. Reparte con ?l tu pan. Inv?talo a tu mesa. Ay?dale a atravesar el desierto de su existencia.

Antes de Ma Nishtan?

T? me preguntas, hijo m?o, por qu? es diferente esta noche de todas las noches. Por qu? todas las noches comemos jametz y matz?, y esta noche solamente matz?.
Por qu? todas las noches comemos verduras diversas, y esta noche solamente maror.
Por qu? mojamos los alimentos dos veces.
Por qu? comemos reclinados.
Yo te agradezco, hijo m?o. Te agradezco por preguntar. Porque si me preguntas, no puedo olvidar; si indagas, no puedo permanecer callado. Hijo m?o, por tu voz inocente habla nuestra conciencia. Tu voz me conduce a la verdad.
?Por qu? es diferente esta noche de todas las noches, hijo m?o?
Porque esta noche recordamos.
Recordamos a los que fueron esclavos en Egipto, aquellos sobre cuyas espaldas restallaba el l?tigo del Fara?n.
Recordamos el hambre, el cansancio, el sudor, la sangre, las l?grimas.
Recordamos el desamparo de los oprimidos frente a la arrogancia de los poderosos.
Recordamos con alivio: es el pasado.
Recordamos con tristeza: es el presente.
Todav?a existen faraones. Todav?a existen esclavos.

Antes de la lectura de los Cuatro Hijos

No seas como el ingenuo, que ignora los dramas de su mundo.
No seas como el perverso, que los conoce, pero no hace nada para modificar la situaci?n.
Pregunta, hijo m?o, pregunta todo lo que quieras saber: la duda es el camino hacia el conocimiento.
Pero cuando llegues a sabio, procura emplear tu sabidur?a en beneficio de los dem?s. Rep?rtela, como hoy repartimos nuestra matz?. Sigue el consejo de nuestros sabios y recuerda la salida de Egipto no s?lo en la noche de Pesaj sino en todos los d?as de tu vida.

Fuente: Moacyr Scliar. Un Seder para nuestros d?as, Buenos Aires, Ediciones Shalom, 1988.