Rabino Eliahu Birnbaum
En esta parash? encontramos que Balak- Ben-Tzipor, Rey de Moav, teme el avance del pueblo de Israel sobre sus tierras, lo sabe auxiliado por una fuerza m?gica emanente de la voluntad de Dios contra la que ?l no puede luchar, y busca oponer magia contra magia.
Llama entonces a Bilam-ben-Beor, acerca de quien el midr?sh ha determinado que era mayor profeta a?n que Mosh?, y le solicita que maldiga a Israel, que rompa las defensas m?gicas que Dios les ha provisto, para vencer as? en la guerra que se avecina.
Bilam, que es un verdadero profeta a?n cuando pertenece al mundo de la idolatr?a, sabe que su magia carecer? de toda fuerza si no cuenta con la anuencia de Dios. Le consulta, y El pone en su boca las palabras que habr? de pronunciar. Por varias veces Bilam bendice al pueblo de Israel, ante la perplejidad y la impotencia de Balak. Bilam contempla el campamento de Israel desde una monta?a, y adquiere una perspectiva espacial y temporal respecto del pueblo al que se le ha encomendado maldecir, que no le permite sino darle su bendici?n.
“Cu?n buenas son tus tiendas (casas), Iaakov, y tus moradas, Israel”, exclama. Vistas desde las tierras de Moav, las casas, las familias de Israel, la unidad y la armon?a que reina en cada una de ellas, llaman a Bilam a la admiraci?n (con esta exaltaci?n dicha por un no jud?o, comienzan las oraciones matinales de los jud?os en la actualidad.). Read more