La crisis que se desata en esta parash? es, b?sicamente, una crisis de autoridad. En la parash? anterior la desesperanza y la falta de fe hab?an determinado que la generaci?n del desierto no entrar?a a la tierra de Israel, sino que vagar?a durante cuarenta a?os por el desierto.
El liderazgo sobre todo el pueblo era ejercido personalmente por Mosh? desde antes de la salida de Egipto. El pueblo no hab?a tomado ninguna decisi?n por s? mismo: hab?a sido forzado a la liberaci?n, se le hab?a impuesto un rol y una forma de vida, y un destino prescindente de su voluntad le hab?a sido determinado.
Probablemente, si se le hubiera consultado previamente, el pueblo de Israel no habr?a dispuesto la salida de Egipto, y tampoco habr?a elegido a Mosh? como su l?der. M?s a?n: nada habr?a dispuesto y nada habr?a elegido. Mosh? no era como ellos: no hab?a sido esclavo; hab?a sido criado como un pr?ncipe en el palacio del Fara?n. Su educaci?n era correcta y respetuosa, pero autoritaria. Read more