Parash? Vaier

Las mujeres como v?ctimas en una sociedad perversa

En el relato de Sodoma est?n presentes todos los elementos necesarios para una exitosa pel?cula de acci?n de las que se realizan en Hollywood. Una turba malvada y sedienta de sangre, suspenso, peligro, “superhombres” fuertes y emprendedores que resultan ser ?ngeles), un final feliz y por supuesto, un protagonista heroico que a ?ltimo momento logra escapar de la explosi?n para salvarse dejando atr?s, a una distancia considerable, a los malvados. M?sica. The end.

El relato de esta Parash? se inicia con hombres que amenazan con llevarse a los invitados de Lot. El peligro es inminente, el suspenso crece, pero nosotros los lectores no dudamos, sonre?mos con tranquilidad y seguridad, sabiendo que los invitados son ?ngeles disfrazados y que en algunos instantes Dios cumplir? Su decreto y exterminar? a los malvados.
En la Tor? Lot es presentado bajo el amparo moral de Abraham. Al igual que su famoso t?o, tambi?n ?l realiza ?Ajnasat Orjim? (recibir amablemente a los hu?spedes). La descripci?n de la bienvenida que Lot les da a los ?ngeles se parece mucho a la bienvenida que Abraham les da. Acerca de Abraham esta dicho: “Y levant? los ojos?” (G?n., 18:1 en adelante). Y sobre Lot esta escrito: ?Y Lot los vio, se levant? a recibirlos e inclin? su rostro a la tierra?? (G?n., 19:1-3).
Abraham les sirve tortas y carne, Lot se contenta con darles de beber y matzot para comer. Sin embargo hay muchas semejanzas: un recibimiento c?lido, comida y agua para que se refresquen. A casa de Lot llegan al anochecer, as? que all? pasan la noche.
El autor del relato crea una fuerte relaci?n entre Lot y Abraham, utilizando las mismas palabras para aumentar la semejanza entre ellos y justificar que Lot sea salvado, por ser inocente en una ciudad malvada.
Nosotros, los lectores, estamos destinados a encontrar sentimientos de aprecio y afecto hacia Lot y al final del relato aplaudir. Pero, en el relato hay un elemento que muestra a Lot con luz menos pastoral: el ofrecimiento que hace de sus hijas a la masa salvaje que espera delante de su casa. Sus hijas a cambio de que nada les suceda a los invitados (G?n., 19-8).
?Por qu? no se ofrece a s? mismo? ?Cu?l es la naturaleza moral de un hombre que prefiere la paz de sus invitados, extra?os, antes que los cuerpos, el honor y las vidas de sus hijas?
Y, adem?s, nos produce curiosidad saber ?qu? sentimiento quer?a el autor b?blico provocarnos para con Lot?
Afortunadamente lejos est? la Biblia de ser Hollywood, el final feliz no lo es tanto y aparecen otros elementos que nos llevan a una profunda reflexi?n. El relato culmina con la vida familiar de Lot, las hijas, la mujer convertida en estatua de sal, como castigo ejemplar pues quiso ella observar, con placer, la muerte de gran cantidad de seres humanos. Convertida en estatua de sal la observar?n, tal vez con placer, cientos de personas a lo largo de las generaciones.
No sabemos c?mo se repusieron las hijas de Lot del trauma terrible que les provoc? haber sido ofrecidas por su padre, pero s? sabemos que luego las j?venes hijas violan al padre. En la primera noche su hija mayor tuvo relaciones con ?l y en la segunda fue si hija menor. La raz?n que el mismo texto nos da provoca cuestionarnos si acaso debemos considerarlas hero?nas que desean salvar a la humanidad (N. del T.: de acuerdo a la interpretaci?n que propone que ellas pensaron que era el fin del mundo y no hab?a m?s hombres). Sin embargo, el motivo es falso, en vano se mancharon ellas y tambi?n a su padre.
La complejidad es similar al comportamiento de Lot con sus hijas. En ambos casos hicieron actos re?idos con la moral, pero no por razones instintivas sino con un razonamiento moral elevado. La acci?n de las hijas bien podr?a ser un castigo por las pasadas intenciones de Lot para con ellas, lo que se percibe dada la similitud de las palabras utilizadas en ambos casos. Cuando Lot sugiere entregar a sus hijas ?l dice: “He aqu? a mis dos hijas que no conocieron var?n” (G?n., 19-7) y cuando las hijas traman la violaci?n: “?y var?n no hay en la tierra para llegarse a nosotras” (G?n., 19-31). Luego de la violaci?n ellas dicen sobre Lot: “?y ?l no supo de su acostarse ni de su levantarse” (G?n., 19:33 y 35).
El castigo a Lot esta expuesto en el camino mas querido por los autores b?blicos “mida kenegued mida”, justicia retributiva, Lot intent? llevar a sus hijas a la violaci?n y sus hijas lo violaron a ?l. Lot plane? empujar a sus hijas desde dentro de su casa cerrada hacia afuera y sus hijas cometieron la violaci?n en el lugar m?s cerrado que podamos imaginarnos, una cueva. Lot intent? tentar a las masas para aceptar el sacrificio describiendo a sus hijas como v?rgenes que no conocen var?n y sus hijas usan ese mismo concepto para justificar la violaci?n de ?l. Lot no pudo realizar lo que estaba dispuesto con sus hijas, ellas, en cambio lo hicieron una noche tras otra.
Nos despedimos del h?roe de Sodoma borracho en una cueva, sin poder diferenciar la derecha de la izquierda, sufriendo la humillaci?n de ser utilizado sexualmente por sus hijas.
As? el autor nos da su opini?n sobre la proposici?n de Lot a los sodomitas.
Dentro de una sociedad malvada no hay buenas elecciones. No se puede elegir entre lo bueno y lo malo, sino entre lo malo y lo peor.
No por casualidad nuestros sabios eligieron, para demostrar la maldad de Sodoma, ejemplificarla a trav?s de la cama de Sodoma. Cada visitante que ven?a a Sodoma deb?a acostarse en esa cama, si era m?s largo que ella sufr?a la mutilaci?n de sus piernas y si era m?s corto se le estiraban los miembros. Este ejemplo no es s?lo un cuento sobre el car?cter de una sociedad malvada donde todos deben tener las mismas cualidades, no hay lugar para las diferencias. Est? prohibido que haya matices, la equivalencia domina todo.
A ojos de los hombres malvados no hay nada peor que ser forastero. La crueldad s?dica de los miembros de esta sociedad se dirige hacia los extranjeros, los distintos, hacia aquellos que no son “como nosotros”.
Sodoma es una sociedad malvada donde todos son considerados como un solo hombre para defender todo aquello que es considerado “nuestro”, donde el distinto, el diferente, es odiado por eso mismo. El individuo es anulado dentro de la mayor?a, en el consenso. No hay en ella ni un ni?o que grite: “el rey est? desnudo”, y si lo hubiera, inmediatamente se erguir?an ante ?l dici?ndole: c?llate, traidor, el rey es de los nuestros, no claves un pu?al por la espalda a esta naci?n?”
Pero lo m?s triste que surge de los relatos de Sodoma es la inexistente esperanza que tiene esta sociedad. Este torbellino de maldad que se extiende sin dejar a nadie fuera no se puede detener. No se puede apagar el fuego del mal. El Molej de la unidad quema y extermina hasta el final. Y toda la tierra es tragada dentro de las nubes de humo y azufre y se ahoga en r?os de sangre, terror y l?grimas.

La Antolog?a Korot meBereshit, mujeres israel?es escriben sobre el libro Bereshit, compilado por Ruth Ravitzky, fue publicado por Iediot Ajronot, Tel Aviv, 1999.
Traducci?n libre de Edith Blaustein.

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