Llegamos a Sevilla (mi esposo y yo) para ver el Alcazar, y el barrio antiguo.
Ya nos sorprendi? el parque Maria Luisa por su amplitud y la Plaza Espa?a por su magn?fico dise?o entre barroco y mudejar creada para la Feria de Sevilla.
Le? por internet que se estaba organizando en Sevilla un comunidad peque?a que celebraron Rosh Hashan? y Iom Kipur pero no ten?a ninguna informaci?n acerca de vida jud?a en el pasado.
Comenzamos el recorrido turistico, cuando sentados en un bar mi marido Luis dice: ?voy a preguntar en el hotel si saben si hubo vida jud?a?, y oh sorpresa, si la hubo.
Nos indicaron el Museo Jud?o de Sevilla, y all? nos sumergimos en lo que fue la historia de la juder?a local.
Desde el siglo IX hasta el S.XIII hubieron jud?os viviendo dentro de murallas, separ?ndolos de las murallas antiguas que cercaban la ciudad. Esta muralla interior ten?a cuatro entradas por las que entraban y sal?an hasta el toque de queda al atardecer.
El barrio estaba ubicado en lo que despu?s fue llamado el barrio de Santa Cruz y partes del barrio San Bartolom?, a partir del S.XVI, despu?s de la expulsi?n de los jud?os.
La zona donde se desarrollaba la actividad comercial se situ? cerca de la actual Plaza de Santa Mar?a la Blanca y sus alrededores, donde est? documentado que tanto bajo el r?gimen musulman como bajo el cristiano, siempre hubo tiendas y negocios cuyos due?os eran jud?os.
Entre las profesiones hab?a tenderos, orfebres, sederos, artesanos, comerciantes, contables, banqueros y recaudadores de impuestos. As? tambi?n rabinos, poetas, fil?sofos y astr?nomos. Los m?dicos, por su lado, ten?an mucho prestigio, por lo que no hubo dignatario medieval que no contara con un m?dico jud?o.
En la juder?a hab?a cuatro sinagogas: la primera es la Sinagoga Mayor,? que a ra?z de los acontecimientos tr?gicos de 1391 pas? a ser la iglesia Santa Mar?a la Blanca, que funciona hasta hoy en d?a y cuya distribuci?n interna es como el de una sinagoga sefard?. En el lado que da a la calle Archeros, se encuentra la antigua puerta de entrada a la misma.
Cuentan que al lado de la sinagoga viv?a una rica familia jud?a y casualmente hoy d?a se encuentra all? un hotel de nombre ?Las Casas de la Juder?a?. Enfrente de la sinagoga dicen que existi? una mikve, en la actualidad hay all? un restaurante llamado El Cordob?s.
Otra sinagoga se encontraba en donde hoy se erige la Plaza de Santa Cruz, transformada en iglesia de Santa Cruz tambi?n en 1391. En 1810 los franceses la demolieron e hicieron un parque en dicho lugar.
Una tercera sinagoga estaba ubicada en lo que es la actual iglesia de San Bartolom?.
La cuarta sinagoga ocupaba el espacio de la iglesia del actual convento Madre de Dios, y fue comparada, por su hermosura, con la sinagoga del Tr?nsito de Toledo.
La vida en la juder?a fue relat?vamente tranquila, terminando con la intolerancia religiosa de almor?vides y almohadas. A principios del S.XII la mayor?a de los habitantes de la juder?a de Sevilla emigr? hacia los reinos cristianos del norte, que empobrecidos por a?os de guerra contra los? musulmanes recibieron a estas personas laboriosas e instruidas con alegr?a.
Una segunda ?poca de florecimiento de la juder?a de Sevilla comenz? en 1248, cuando Fernando III conquist? la ciudad despu?s de un a?o de asedio.

Relata la historia, que los notables de la juder?a entregaron al rey una llave (que se conserva en la catedral sevillana y cuenta con la inscripci?n :?Ds abrir?, el Rey entrar??).
Comenzaron entonces a?os de florecimiento y bonanza, con ascenso social, posiciones de poder, ostentaciones por parte de los jud?os en el vestir y vivir, lo cual suscit? recelos y envidia.
La vida en Sevilla transcurri? con cierta calma a diferencia de la de los judios del norte de Espa?a.
El rey Alfonso X, que hab?a apoyado a los jud?os, pidi? traducciones literarias al espa?ol de numerosos libros que la iglesia no quer?a traducir, comenzando a conformar lo que ser?a la cultura espa?ola.
Sin embargo, con el paulatino empobrecimiento de las arcas reales, el creciente fanatismo religioso llev? a presiones y hostigamiento a los jud?os.
En el S.XIV, con la llegada de la peste negra, el envenenamiento de los pozos de agua, el empobreciendo y hambrunas, la poblaci?n comenz? a culpar a los jud?os por todos los males, los cuales llevaron a las incitaciones que terminaron en el a?o 1391 con la matanza de casi la mitad de los jud?os Sevillanos.
Estatutos de Limpieza de Sangre
En 1449 se aprob? en Toledo una ordenanza que exclu?a a los jud?os conversos de los cargos y regedur?as p?blicas de la ciudad. Se trata del primer Estatuto de Limpieza de Sangre. Se requer?a demostrar que no pose?an en sus antepasados ninguna gota de sangre jud?a para poder ser admitido a este tipo de trabajo.
En Sevilla se cre? un grupo denominado ?los Linajudos? dedicado exclusivamente a hurgar en los linajes de los conversos para denunciarlos. Su silencio ten?a un alto precio.
Los estatutos se utilizaron para extender la sospecha, las envidiarias acusaciones y el chantaje.
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Lic. Nora Lelczuk Goldfinger -?Creadora de la ONG Heme Aqu? en Argentina, la cual trabaja con personas con necesidades especiales a trav?s del Golf. Nora y su esposo est?n recorriendo algunas juder?as de Espa?a y Portugal y decidieron compartir con nosotros algunas de sus experiencias.
Encuentro a faltar, ya que estabais en Sevilla, la historia de Susana Ben Sus?n (Ibn Shos?n)”La Susona” fue una jud?a de Sevilla del siglo XV. La leyenda sobre ella dice que era conocida por su belleza y que se retir? a un convento tras delatar a su padre, Diego Sus?n, que estuvo en un grupo que tramaba un complot contra los Linajudos.
En torno a 1480 un grupo de jud?os tramaron una conspiraci?n para desestabilizar el Consejo de la ciudad y uno de sus cabecillas fue el padre de Susona, Diego Sus?n. Los conspiradores se reun?an en casa de Diego Sus?n para tramar la difusi?n de los planes, que inclu?an liberaci?n de presos para que produjeran des?rdenes, beneficiar el poder musulm?n y llevar a cabo levantamientos violentos en las principales ciudades.1
Sin embargo, Susona era pareja de un caballero cristiano, y por miedo de los cauces que estaba tomando la situaci?n, le cont? todo a su pareja. El cristiano acudi? al asistente mayor de la ciudad de Sevilla, Diego de Merlo, para informarle de lo que le hab?a contado Susona. Diego de Merlo acudi? con tropas a una de las reuniones y arrest? a todos los jud?os del grupo, que fueron condenados a muerte.? El grupo lo formaban Diego Sus?n, Pedro Fern?ndez de Venedera, Juan Fern?ndez de Albolasya, Manuel Saul?, Bartolom? Torralba, los hermanos Aldalfe de Triana y unas veinte personas distinguidas de Sevilla, Utrera y Carmona, como mercaderes y escribas.1?
Susona sufri? un gran sentimiento de culpa por haber traicionado a su padre. Se confes? con el arcipreste Reginaldo Romero, que la bautiz?. Posteriormente, se retir? varios a?os a un convento.1?
A su muerte dispuso en su testamento que su cabeza fuera colgada de la puerta de su casa, en el barrio Santa Cruz de Sevilla, para recordar a la gente su traici?n.1? La cabeza permaneci? ah?, al menos, hasta el a?o 1600.1? En la actualidad un azulejo muestra la calavera y la calle en la que sencuentra se llama Calle de la Muerte. Hay varios azulejos antiguos en la misma casa donde vivi? la Susona. En Sevilla, si preguntas por la casa de la Susona, te indicar?n enseguida el camino a la calle de la Muerte. Ahora tienes el pretexto para una segunda visita a Sevilla (que maravilla!), aunque siempre ser? mejor Granada, ya que “si no has visto Granada, no has visto nada”, o, como dec?a el poeta, al cruzarse con un ciego:
“Dale limosna (tzedak?), mujer,
que no hay en el Mundo nada
como la pena de ser
ciego en Granada”
Muy interesante comentario! much?simas gracias por la contribuci?n! Est? m?s que invitado a escribirnos sobre otras juder?as o historias de Anusim para que podamos publicarlas y compartirlas con toda nuestra comunidad