Atar Cabos – Comentario a la parash? de Vaetjan

Compartimento secreto

El vers?culo que nos insta a que amemos al Creador con todo nuestro coraz?n, toda nuestra alma y todas nuestras fuerzas (cf. Dvarim 6:5), llama poderosamente nuestra atenci?n. Sin duda es uno de los m?s importantes de toda la Tor?.

Claro que, por la importancia que le estamos dando, deberemos entender qu? significa esto de ?todo? el coraz?n, ?toda? el alma, etc. Nuestros Sabios le dedicaron gran atenci?n, por supuesto.

Como si en el coraz?n hubiera compartimentos separados, algunos de ellos sellados con precinto de plomo para evitar que los curiosos se enteren de nuestros secretos. Hay lugares secretos en nuestra personalidad que no permitimos que nadie se entere de lo que contienen. Queremos cerrarlos, incluso, a la vista del Creador.

Al decir que debemos amarle con ?todo? el coraz?n, estamos diciendo que este compartimento secreto debe abrirse ante ?l. Y esto es muy, muy dif?cil.

Hay una ?buena tendencia? ? ?y?tser tov?, y una ?mala?. Una predisposici?n a lo bueno, a lo adecuado, a lo que el Creador espera de nosotros. Y una inclinaci?n ego?sta, rebelde, que no quiere pensar en los dem?s. La preferencia individualista, ego?sta, suele ser muy mal interpretada por nosotros mismos, y la convertimos en antag?nica a la extrovertida. El vers?culo nos dice que esto no es verdad. Podemos, ?debemos!, amar al Creador con ambas predisposiciones, que ?l mismo ha insuflado en nuestros corazones.

Escucha, Israel

El secreto est? en el vers?culo anterior, un vers?culo que, a primera vista, parece menos importante: ?Escucha, Israel: el Se?or es nuestro D?ios, el Se?or es uno?. (Cuando transcribimos ?el Se?or? nos referimos al Nombre Divino, expresado en la Tor? por el Tetragrama).

Parece una frase racista, nacionalista. ?Israel?. Y los dem?s ?qu??
Y ?cu?l es la noticia que nos trasmite? ?Qu? D?ios es uno? No es novedad para nosotros, ya lo sab?amos desde mucho antes de recibir la Tor?.
Vienen nuestros Sabios y nos dicen que esta expresi?n encierra mucho m?s de lo que parece a primera vista. ?Uno?, en el hebreo de la Tor?, no es un n?mero cardinal ni ordinal. Uno es ??nico?, sin antes ni despu?s, sin compa??a posible, sin divisi?n posible. Una unicidad indescriptible.

Unicidad Universal

Pero no solo esto, nos dicen. Este ?uno? se refiere no solo al Creador sino tambi?n a toda su creaci?n. Es un tema ?teol?gico? muy conocido: ?C?mo puede D?ios crear diferentes cosas? Deber?a haber una uniformidad, por no decir igualdad, en lo que sale de las manos del Creador.

?Exacto!, exclama la Tor?. ?Todo es ?Uno?! Todo est? relacionado con todo, todo depende de todo, todo es una repetici?n de todo, con distintos ?nfasis, con distintas perspectivas, con distintos colores o sabores. El equilibrio ecol?gico se queda corto y rid?culo frente a esta unicidad universal.

La verdad es que la ciencia ya empieza a comprender de qu? estamos hablando desde hace ya m?s de tres mil trescientos a?os. Los cient?ficos van descubriendo que las c?lulas de todas las clases se parecen mucho, ?demasiado! Descubren que las razas no son tan diferentes, que todas proceden de un mismo origen (?no, no le llamar?n Adam! No son capaces de ello, a?n). Descubren que el comportamiento de minerales, plantas y animales tienen paralelismos inexplicables.

Y les falta por comprender que todos dependen del Hombre, de su comportamiento ?tico y moral. Y que el Hombre depende del Creador. Que todo est? relacionado, ligado, unido. ?Uno?.

Despu?s de una declaraci?n tan espectacular, un mandamiento que diga que ?amar?s al Se?or tu D?ios con todo tu coraz?n?, ya no es tan novedoso. Las particiones, las diferencias, las contradicciones, son pura ilusi?n, son espejismos. Son un gran malentendido.

?Y las contradicciones?
Entonces ?c?mo debemos entender las contradicciones? ?Ah, bueno! Tendremos que estudiar, tendremos que esforzarnos en entender mejor las cosas. No he dicho que sea f?cil. Es nuestra misi?n: ?Escucha, Israel?.

Una orden dirigida ante todo a nosotros, por ser el coraz?n de la Humanidad, que es el centro, que unifica a los dem?s. Las otras naciones est?n ?especializadas? cada una en su tema particular, y les resulta m?s dif?cil encontrar el coeficiente com?n. Israel es el coraz?n que riega con vida los diferentes miembros, y por ello tiene m?s consciencia de unicidad.
El rabino Mosh? Jayim Luzzatto dedic? gran parte de un libro, ?D??at Tvunot? (traducido al castellano por ?La Sabidur?a del Alma?), a la explicaci?n de este concepto, que es, por otra parte, uno de los Principios de Fe del juda?smo.

Al no comprender el verdadero significado de esta expresi?n ?el Se?or es uno?, cae la gente en grav?simos errores. El rav Luzzatto los examina, los explica, los corrige.

El Centro de Nuestras Vidas
Nosotros, los jud?os, repetimos este vers?culo por lo menos dos veces al d?a: al acostarnos y al levantarnos. En la oraci?n matutina y en la vespertina, en festivos y en d?as laborales, este vers?culo se convierte en el gran protagonista.

Cuando damos la bienvenida al reci?n nacido, en el momento en que entra en el Pacto de Avraham, declaramos: ??el Se?or es uno?. Nos dicen nuestros Sabios que, al ense?ar las primeras palabras a nuestros hijos, debemos comenzar con este vers?culo: ?Escucha, Israel??

En caso de peligro inminente, lo repetimos. Antes de cerrar los ojos, por la noche, recitamos el vers?culo. Al despedirnos de Este Mundo, acostados en el lecho de muerte, declaramos ??el Se?or es uno!?. Nuestra vida transcurre alrededor de este vers?culo, puesto que conocemos y reconocemos su importancia. Cada uno le da una nueva perspectiva, sin negar ni anular las otras.

Atar Cabos
Claro que no basta con recitar o con declarar. Debemos entender lo que decimos y debemos obrar en consecuencia. Esto ya es m?s complicado, como hemos dicho antes. Si nuestras acciones desmienten lo que declaramos, ?qu? valor tendr? la declaraci?n? Si nos empe?amos en conservar un rinc?n oscuro en nuestro coraz?n, un departamento cerrado y sellado que declaramos ?desconectado? o ?contrario? a nuestra obligaci?n, ?de qu? sirve decir que ?el Se?or es uno??

Cuantos m?s cabos sueltos consigamos atar, m?s cerca estaremos del Mundo Perfecto que esperamos.

Con el cumplimiento de los mandamientos de la Tor? y de las instrucciones que recibimos de nuestros Sabios, demostramos nuestro apego a la tarea impuesta, demostramos que queremos descubrir la unicidad divina en todos sus aspectos. Poco a poco, punto tras punto, cada uno seg?n su capacidad y sus posibilidades, nos acercamos al gran ideal.

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