?Lo entendemos?
Nuestros Sabios nos aseguran que la Tor? es nuestra verdadera libertad.
Resulta extra?o decir algo as?, sabiendo que la Tor? est? llena de Mandamientos, 613 seg?n el c?mputo tradicional. Pr?cticamente, no nos deja un solo momento ?libres?. ?C?mo podemos decir que, precisamente, sea la Tor? nuestra libertad?
La respuesta t?pica es que ?no entiendes lo que verdaderamente significa ser libre?. Y esto puede molestarnos incluso m?s?
Pero, tal vez sea verdad?
Sin desarrollar
?Qu? significa ?ser libre?? ?Poder hacer lo que nos d? la gana?
Yo, por ejemplo, no soy libre de tocar la guitarra o el piano? ya que no estudi? m?sica y no desarroll? unas cualidades que seguramente no me faltaban, y que dej? que se desperdiciaran. Si hubiera estudiado m?sica, si hubiera dedicado horas y horas de esfuerzo y de repeticiones infinitas para dominar las t?cnicas, ser?a hoy libre de sacar hermosas melod?as del piano o de la guitarra?
Los verdaderos guitarristas y pianistas, y m?s a?n los violinistas, deben dedicar muchas horas de estudio y de pr?ctica para alcanzar esta libertad de interpretar hermosas melod?as.
Y ?cu?ntas otras cualidades y capacidades tengo? ?Cu?ntas de ellas han sido correctamente desarrolladas? ?Puede decir un ciego que ?es libre de no ver el paisaje?? ?Puede decir un mudo que es ?libre de callar?? ?No tiene ning?n sentido! Quien no puede o no sabe usar sus capacidades, no puede decir que es libre de usarlas o no. La conclusi?n es sencilla:
?No soy libre!
Solamente cuando he desarrollado correctamente mis capacidades podr? decir que soy libre de usarlas o de dejar de usarlas.
Incluso en temas que creemos que no hay ning?n problema, como el pensar, por ejemplo, seguramente estamos muy lejos de hacerlo correctamente. Hay una t?cnica llamada ?l?gica?, que es la de pensar correctamente y que muchos no saben usarla adecuadamente.
Tampoco sabemos memorizar lo que aprendemos: ?estudiamos para olvidar?, dijo el Maharal de Praga, hace 400 a?os. Y esto no es nada bueno.
Libertad para ser bueno
Y ahora, debemos considerar que todo esto no son m?s que ?instrumentos? para poder desarrollar lo que verdaderamente debe interesarnos: las virtudes y nuestra conexi?n con el Creador.
Nos faltan los conocimientos necesarios para poder desarrollar nuestras virtudes. No basta con ?querer ser bueno?, sino que debemos aprender qu? significa exactamente ser bueno en tal situaci?n y en tal otra. Cuando todos son simp?ticos, no hay ning?n problema en ser bueno con ellos. El problema es cuando hay gente idiota o incluso gente antip?tica, gente que desprecia tu bondad. ?Qu? haces en estas situaciones? ?Tienes los conocimientos adecuados para seguir siendo bueno en estas condiciones?
En el libro de Proverbios leemos que en la Tor? se nos ense?an todas estas t?cnicas, y tambi?n las virtudes; en el estudio de la Tor?, la Escrita junto con la Oral, aprendemos el verdadero significado de ser bueno. Y de c?mo esta ?bondad? se subdivide en otras muchas virtudes, para casos diferentes: para con los pobres y para con los ricos, los vivos y los muertos, los enfermos y los novios que se casan dentro de unas semanas.
La bondad, por supuesto, no es m?s que una de las muchas virtudes. ?Cu?l de ellas podemos olvidar o menospreciar? ?Cu?ndo podemos decir que ?somos libres de usarlas? o no?
La Esclavitud
Ahora debemos intentar entender qu? significa la ?esclavitud?. Hay diversos tipos de esclavitud, tambi?n hoy en d?a.
En primer lugar, la ignorancia. Un ignorante es un esclavo encerrado en una oscura mazmorra, encadenado a la pared sin poder moverse de sus cuatro ?codos? cuadrados. No sabe diferenciar entre lo bueno y lo malo, la luz y las tinieblas. Los que ?eligen? vivir en ignorancia se enga?an a s? mismos, como si no tuvi?ramos ninguna meta en estos a?os de vida que nos ha impuesto el Creador.
Luego est?n las presiones familiares o sociales. Nos coaccionan con toda una serie de imposiciones con las que no nos sentimos conectados. Aunque sean cosas buenas, de verdad. Pero no las hemos elegido, o bien porque no las entendemos, a?n, o porque nos molesta que nos las impongan.
La rutina es una cruel esclavitud. El no ser capaz de decidir en un momento determinado si debemos seguir adelante o si debemos dar un giro. Nos convertimos en esclavos de unos tipos de comportamiento, sin sentir siquiera que estamos en un grave problema. Solo cuando la rutina est? subordinada a ex?menes de validez y de voluntad podremos decir que es un instrumento positivo y necesario.
Cuando la rutina llega a un extremo de ?adicci?n? ya es enfermiza y va a necesitar la ayuda de los expertos, de medicaci?n y de tratamiento especial para librarse de ella.
Los Tiempos
Sin que digamos que los tiempos nos limitan o esclavizan, s? podemos decir que hay momentos ?ptimos para actividades determinadas. Cuando hacemos la digesti?n despu?s de una buena comida, no es el mejor momento para hacer ejercicio f?sico. El tiempo seco y caluroso no es el m?s adecuado para plantar un ?rbol. Cada cosa tiene su tiempo, en el que se realiza con mejores condiciones, con mejores posibilidades de ?xito.
La Tor? no ense?a a santificar el tiempo. Cuando comprendemos que este es el mejor momento para una actividad determinada, y que dentro de unos minutos ya no podremos conseguirlo, el tiempo se convierte en oro puro.
Lo saben aquellos que han estado a las puertas de la muerte, que han visto que, de pronto, se les acaba el tiempo. En esta vida tenemos la oportunidad de obrar, de hacer cosas. Lo que el Creador nos ha impuesto en ella. Cuando acabe este tiempo, ya no podremos hacerlo.
Y en cada momento del a?o hay momentos ?ptimos para conseguir unos conocimientos o unas capacidades que en otros momentos ser? mucho m?s dif?cil o tal vez imposible alcanzar. Tenemos un Tiempo de la Alegr?a, en la Fiesta de Sucot. Y tenemos un Tiempo de la Libertad.
La ?poca de la Libertad
Hace 3328 a?os, las Tribus de los Hijos de Israel abandonaban la esclavitud egipcia para poder convertirse en un pueblo libre. Su libertad empezaba en el mismo deseo de ser libres, de querer aprender a desarrollar sus cualidades, tal y como hacemos en las siete semanas del ?mer que pasan desde P?saj hasta Shavuot. Son unas semanas m?gicas, en las que podemos llegar a resultados ?ptimos con menos esfuerzo, siguiendo unas instrucciones milenarias que han demostrado su efectividad.
La Fiesta de P?saj se denomina Tiempo de Nuestra Libertad. Y ahora ya entendemos que no se trata tan solo de una libertad f?sica, sino tambi?n de la intelectual y la espiritual. En estos d?as nos resulta mucho m?s f?cil librarnos de todas aquellas esclavitudes que nos han retenido o detenido.
Un tiempo para librarnos de las cadenas de la rutina, de la opresi?n de la coacci?n social o de la ignorancia. Un tiempo precioso, que no conviene desperdiciar, sino aprovecharlo para comenzar el proceso de liberaci?n de nuestras esclavitudes personales.
Y tambi?n de las nacionales. El Pueblo de Israel est? sometido a toda una serie de presiones internacionales, aparte de sus propios problemas de ?esclavitud? a rutinas, a prejuicios, a falsas ?tradiciones? medievales que, como dicen nuestros Sabios, tenemos la obligaci?n de erradicar de entre nosotros.
Nos falta urgentemente un proceso de liberaci?n de la ignorancia nacional en temas espirituales. El estudio de la Tor? debe llegar al nivel nacional. No solo que m?s personas, individuos, estudien la Santa Tor?, sino que lo hagan a nivel nacional. Que los temas pol?ticos sean examinados seg?n los criterios de la Tor?, con perspicacia divina.
No hay tiempo que perder.