Rabino Nissan Ben Avraham
Felices en tierra perniciosa
Diecisiete largos a?os pas? nuestro padre Yaacov en Egipto hasta el d?a de su muerte, a los 147 a?os. Sus mejores a?os, rodeado de sus doce hijos, uno de los cuales se hab?a convertido en el Virrey de Egipto.
El Midrash se?ala que esta ?ltima parash? est? ?cerrada?, o sea, que no est? antecedida por un punto y aparte como el resto de las parash?s, y el significado que el Midrash le da es negativo: el hecho de estar tan tranquilos en la Di?spora egipcia les hab?a cerrado los ojos, y era lo que les permit?a disfrutar de vanas delicias en tierras extra?as.
No eran capaces de ver c?mo su estancia en tierras extra?as perjudicaba su personalidad individual y familiar, que fue deterior?ndose hasta el punto que, cuando ya estaban a punto de salir con Mosh?, doscientos diez a?os m?s tarde, hab?an llegado a un peligros?simo estado de ?impureza? que amenazaba su integridad espiritual. Porque la simple estancia en un lugar impuro influye perniciosamente en la persona, al igual que su estancia en un lugar sagrado le otorga una poderosa ayuda espiritual.
Profec?a antigua
Cierto que el proceso era indispensable, hab?a sido profetizado m?s de cien a?os antes como parte indispensable para la creaci?n del Pueblo, como le dijo el Creador a Avraham: ?sepas que tu descendencia ser? extranjera en tierra que no le pertenece, y ser? esclavizada y torturada, durante cuatrocientos a?os? (G?nesis 15:18). Cuatrocientos a?os que comenzaban con el nacimiento de la descendencia de Avraham, su hijo Yitsjac.
Pero esta profec?a pod?a haberse cumplido en otro lugar, en la mism?sima Tierra Prometida que a?n no les pertenec?a. Solo cuando los hijos de Yaacov no supieron comportarse como extranjeros y se cre?an ya herederos de la Tierra, tuvieron que ser alejados de ella para que se cumpliera la profec?a. Y al llegar a Egipto entraron en contacto con una ?cultura? diagonalmente opuesta a la personalidad colectiva de la Sagrada Familia de Yaacov, ra?z del nuevo Pueblo que se estaba gestando.
Normas negativas
M?s de mil a?os m?s tarde, cuando los griegos Ptolomeos gobernaban Egipto y se convert?an en Faraones, ellos mismos experimentaban la nefasta influencia del pa?s cuando el Fara?n se casaba con su hermana y con su hija a la vez, en una org?a de incesto que nos resulta muy dif?cil entender. No era nada nuevo: ya el libro del Lev?tico en el cap?tulo 18 nos dice: ?no hag?is como en la tierra de Egipto de la que os he sacado? no descubrir?s la desnudez de tu madre, etc.? eufemismo para indicar las relaciones sexuales. Y sigue una larga lista de incestos prohibidos que los egipcios ten?an como norma.
Tal vez por esto los hijos de Yaacov necesitaban urgentemente una bendici?n paternal que les ayudara a superar los terribles obst?culos con los que ten?an que enfrentarse. En nuestra parash? el tercero y ?ltimo Patriarca bendice a sus hijos, cada uno seg?n su capacidad y el futuro que le espera. A unos con una bendici?n expedita y a otros con una enigm?tica, pero a todos con el amor infinito de quien conoce la fuerza de sus bendiciones, y lo necesarias que van a ser en el futuro. Ya que est? a punto de despedirse, a sus ciento cuarenta y siete a?os.
No quiere ser un ?dolo
La parash? nos relata la preocupaci?n que ten?a Yaacov de no ser enterrado en tierras egipcias. Hab?a heredado la cueva de la Majpel?, donde estaban enterrados sus padres y sus abuelos y donde ?l mismo hab?a enterrado a su mujer Le?. Adem?s, si le enterraban en Egipto podr?a ser ?convertido? en un ?dolo m?s, despu?s de la bendici?n que hab?a tra?do al pa?s al ahorrarles cinco a?os de hambruna. Yaacov tem?a que su tumba se convirtiera en centro de peregrinaci?n de gente que busca ayudas extraordinarias en hombres, vivos o muertos, en lugar de buscarlas en el Creador. ?Maldito el var?n que conf?e en el hombre y ponga su seguridad en la carne?? dice el profeta Yirmy? (Jerem?as 17:5), y contin?a diciendo ?bendito el var?n que conf?e en el Se?or y ponga en el Se?or su seguridad?? Y comprende Yaacov que si se convierte en centro de ?culto? no le har? a ?l ning?n favor, sino todo lo contrario?
As?, pues, al morir el Patriarca, su hijo el Virrey ordena lo necesario para que sea enterrado donde aqu?l deseaba. La Tor? describe el proceso, el embalsamiento del cuerpo, el llanto de los familiares y de todos los egipcios, el traslado a la cueva de la Majpel? y el entierro.
Yaacov no ha muerto
El Talmud, en el tratado de Taanit 5b, trae un extra?o di?logo entre dos Sabios. Rav Najm?n y rav Yitsjac estaban comiendo juntos. Le dijo rav Najm?n a rav Yitsjac: ?diga usted alg?n comentario sobre la Tor??. Le contest?: ?no debe hablarse cuando se come?. Al final de la comida le dijo: ?Nuestro padre Yaacov no muri??. Le dijo rav Najm?n: ?entonces ?a qui?n embalsamaron, y a qui?n lloraron, y a qui?n enterraron??. Le respondi?: ?yo interpreto el vers?culo que dice ?y t?, no temas, siervo m?o Yaacov, palabra del SE?OR, ni te atemorices, Israel; porque he aqu?, te salvar? de lugar remoto, y a tu descendencia de la tierra de su cautiverio?; el vers?culo compara a Yaacov con su descendencia, y as? como la descendencia no ha muerto, el padre tampoco ha muerto?.
La verdad es que la Tor? no menciona la muerte de Yaacov, como s? hace con su padre y su abuelo: tan solo dice que ?recogi? sus piernas a la cama y expir?, y fue recogido a su pueblo? (G?nesis 49:33).
En otro lugar del Talmud, en Baba Batra 116, hay un texto parecido, relacionado con el rey David. En el 1? Reyes 11:21 dice: ?cuando Hadad oy? en Egipto que David se hab?a acostado con sus padres, y que Yoav, comandante del ej?rcito, hab?a muerto?? ?Por qu? en David menciona ?acostado? y en Yoav dice ?muerto?? Y responde el Talmud que, siendo que David dej? descendencia que continuaba su camino, no se considera muerto, mientras que Yoav no la tuvo, y por esto se considera muerto.
La momia viva
As?, Yaacov tuvo doce hijos, y todos ellos siguen su camino, a diferencia de su padre Yitsjac y de su abuelo Avraham que tuvieron hijos que se apartaron del camino. Mientras que de Yaacov, llamado tambi?n Israel, emerge el Pueblo de Israel, su descendencia, que sigue su camino al unificar el Nombre del Creador dos veces al d?a diciendo ?Oye, Israel, el Se?or es nuestro D?ios, el Se?or es Uno?. Esto es lo que convierte el Patriarca en inmortal, por mucho que lo hayan momificado. Yaacov est? vivo.
Nuestro Padre Yaacov est? vivo en nosotros, mientras seamos capaces de continuar su trabajo, su gran misi?n en el Mundo: descubrir, entender y explicar c?mo todo proviene del Creador, y todo regresa a ?l, y todo tiene raz?n de ser por ?l y para ?l. No solo decir estas palabras, sino tambi?n entenderlas, demostrarlas por medio de la ciencia y la raz?n, adem?s de aceptarlas espiritualmente.
B”H
Verdaderamente muy bello comentario a la parasha. Disipa la oscuridad, con una luz gratificante.