?Hashgaj?? (Supervisi?n) – Nociones de Juda?smo

Por Rabino Nissan Ben Avrahamlupa

El Creador nos supervisa

Uno de los principios de fe del Juda?smo, el d?cimo, expresados por Maim?nides en el pr?logo a sus comentarios al ?ltimo cap?tulo del Tratado talm?dico de Sanedr?n, es el que dice que el Creador conoce los actos de las personas. O sea, que supervisa nuestras acciones para luego poder premiar o castigar en consecuencia, como expresa el siguiente principio de fe. En hebreo se le da el nombre de ?hashgaj??, que significa precisamente esto, supervisi?n, y est? tomada del salmo 33 (vers?culo 14) en que dice: ?Desde el lugar de su morada supervis? (= ?hishgu?aj?) a todos los moradores de la tierra?.

Maim?nides se basa en muchos vers?culos de la Tor? y del Tanaj que expresan esta verdad, como el que habla del Diluvio: (G?nesis 6:5) ?Y el SE?OR vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intenci?n de los pensamientos de su coraz?n era s?lo hacer siempre el mal?. O cuando habla de la Torre de Babel: (G?nesis 11:5) ?Y el SE?OR descendi? para ver la ciudad y la torre que hab?an edificado los hijos de los hombres?. O el que se refiere a las maldades de las ciudades de Sdom y ?Amor? (Sodoma y Gomorra): (G?nesis 18:20-21) ?Y el SE?OR dijo: El clamor de Sdom y ?Amor? es grande, y su pecado es sumamente grave. 21 Descender? ahora y ver? si han hecho en todo conforme a su clamor, el cual ha llegado hasta m?; y si no, lo sabr??.

?Qu? significa que D?ios nos ve?

El mismo Maim?nides nos explica en el cuarto cap?tulo de la primera parte de su libro ?La Gu?a de los Perplejos? el significado del verbo ?ver? o ?mirar? cuando se refiere al Creador, que por supuesto no debe ser entendido como la visi?n humana, por medio del sentido de la vista y de los ?rganos de la vista, sino en su sentido figurativo de ?captar?, ?entender? o ?percibir? intelectualmente. Y en otros lugares tambi?n nos explica que todo lo que podemos hablar sobre el Creador no es m?s que seg?n lo que nosotros captamos de sus actuaciones para con nosotros y no lo que ?l verdaderamente hace, ya que no tenemos ninguna posibilidad de captar o entender c?mo act?a sino ?nicamente los resultados que llegan a nuestros sentidos.

De todos modos, est? claro al cabo de todos los vers?culos vistos, que el Creador se interesa por lo que hacemos en este mundo, no como aseguraban los fil?sofos griegos que D?ios es tan excelso que no puede interesarse por lo que hagan sus criaturas en el mundo, sino que es completamente inmutable y se dedica tan solo a ?pensar pensamientos? sobre s? mismo, seg?n la definici?n de Arist?teles.

Ha abandonado la tierra

Este punto de vista de Arist?teles muy bien podr?a ser la continuaci?n del pensamiento expresado por los habitantes de Jerusal?n en la ?ltima generaci?n antes de la destrucci?n del Primer Templo. Nos dice el profeta Yejezquel (Ezequiel 9:9 ? y tambi?n el 8:14): ?9 Entonces me dijo: La iniquidad de la casa de Israel y de Y?hud? es grande en extremo, la tierra est? llena de sangre, y la ciudad est? llena de perversi?n; porque dicen: ?El SE?OR ha abandonado la tierra, el SE?OR nada ve?.?

Los Hijos de Israel durante todo el tiempo desde la formaci?n y aparici?n del Pueblo con la Salida de Egipto hab?an percibido un sumo grado de Presencia Divina entre ellos, en el Tabern?culo y en el Templo, y en las visiones de los profetas que hab?an sido muy abundantes, y reflej?ndose en la vida particular de cada uno de ellos. Hacia finales del Primer Templo, el Pueblo hab?a ca?do en un mal comportamiento que les empujaba hacia la destrucci?n del Templo. La conocida Presencia Divina se hac?a menos palpable, hasta el punto de poder imaginar que ?el SE?OR hab?a abandonado la tierra? a causa de sus pecados, y por lo tanto ya no ten?a importancia lo que hicieran, ya que ?nadie? les pod?a ver. Se hab?a soltado la correa.

Es el estado de los jud?os en la Di?spora, que comenzaba en tiempos del profeta Yejezquel, que se sienten alejados y abandonados por el Creador, ya que el contraste terrible entre la Presencia Divina casi palpable se dilu?a en unas sombras que en nada se parec?an a sus experiencias anteriores. Esto puede saberlo tan solo aqu?l que lo ha percibido en su plenitud y que ahora se ve privado de la Gloria Divina. Nuestros Sabios explican que por ello se introdujo la parte de la oraci?n llamada ?Kedush?? ? santificaci?n, cuando el oficiante repite la ?Amid?? en voz alta. En esta oraci?n se lee el vers?culo del profeta Yesha?y? (Isa?as 6:3) que dice: ?Santo, santo, santo es el SE?OR de los Ej?rcitos, llena est? la tierra de Su gloria?. La gloria del Creador significa que somos capaces de captar su Presencia, que el Creador se manifiesta de alg?n modo en la tierra y nosotros somos capaces de percibirlo.

Mejor percepci?n

Cierto que hay personas que lo captan mejor que otras. Que reconocen en su propia vida unas intervenciones sobrenaturales explicables tan solo si comprendemos que el Creador ?nos echa una mano? en ocasiones determinadas. Mientras que otras personasno son capaces de captarlo; o que el Creador no se manifiesta en ellos del mismo modo.

Nuestros Sabios nos lo explican diciendo que el comportamiento de cada uno de nosotros nos hace merecedores de mayor o menor intervenci?n divina en nuestras vidas. Cuanto m?s atentos estamos al cumplimiento de Su voluntad, en cumplir sus mandamientos con suma atenci?n, asimismo nos hacemos merecedores de que ?l ?est? m?s atento? a nuestras necesidades, y que atienda prestamente a nuestras oraciones y peticiones: le llamamos y nos contesta, e incluso nos contesta antes de que seamos capaces de formular la petici?n. As? habr?n personas que, por su falta de atenci?n y su desprecio por el cumplimiento de la voluntad divina, se sienten desatendidos por el Creador y llegan a creer que ?el SE?OR ha abandonado la tierra?, como dec?an aquellos pecadores de Jerusal?n hace dos mil cuatrocientos cincuenta a?os, o a pensar que ?nunca se interes?? en lo que ocurre en nuestro mundo, como pensaba Arist?teles unos cien a?os m?s tarde.

El principio de fe expresado por Maim?nides que ?el Creador conoce nuestros actos? viene a negar estos puntos de vista e inculcarnos el conocimiento de que ?le interesamos? y nos presta atenci?n, a pesar de que no siempre somos capaces, en el triste per?odo en que nos encontramos, sin Templo y sin profec?a, de captarlo con nuestros sentidos.

Precisamente cuanto m?s y mejor lo comprendamos, m?s ?hashgaj?? aparecer? sobre nosotros, hasta que regrese con todo su esplendor en el Templo reconstruido.

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