Por Rabino Nissan Ben Abraham
?Para qu? se ha casado?
En la parash? de esta semana nos encontramos con varios mandamientos relacionados con el matrimonio. Y, como siempre, debemos esforzarnos en descubrir el mensaje que se esconde bajo los datos legales de los mandamientos.
El primer mandamiento es el que est? en el cap?tulo 22, vers?culos 13 a 21, y el segundo en el cap?tulo 24:1-4. Tratan de una persona que se casa y ya la primera noche ?odia a su mujer? o de uno que descubre ?algo desagradable? en su mujer. Y nosotros nos preguntamos ?c?mo es posible que una persona odie a la mujer con la que se acaba de casar? ?Qu? cosa tan desagradable habr? encontrado, de pronto? ?Para qu? se ha casado? ?En qu? pensaba al hacerlo?
Intentemos enfocar el tema ya desde el comienzo. Es verdad que hay un mandamiento, el primero de la Tor?, ya en el G?nesis, que dice que debemos crecer y multiplicarnos, o sea, que debemos tener hijos. Para ello debemos casarnos. En realidad no hay un mandamiento formal que diga que debemos casarnos, sino que ?al tomar una mujer (al casarse) debemos hacer tal cosa o tal otra?.
Hay ejemplos de otros mandamientos redactados de este modo: cuando hagas tal cosa, debes hacerla de este modo. Por ejemplo, al prestar dinero o bienes a tu pr?jimo, no puedes pedir intereses, ni puedes tomar una prenda sin permiso de la persona. Aunque est? perfectamente claro que tienes la obligaci?n de prestar a tu pr?jimo.
De todos modos, no existe el mandamiento de casarse, de ?tomar esposa?, pero s? hay indicaciones de c?mo hacerlo correctamente.
?M?quina reproductiva?
Est? claro que nadie se conforma con el mandamiento de ?crecer y multiplicarse? a la hora de definir el matrimonio. La mujer no es una m?quina de hacer hijos. Ni una esclava sexual, ni tampoco una esclava de cocina o de lavar ropa. Est? claro que hay algo much?simo m?s importante que todo esto. Por supuesto que hay una vida marital y que las necesidades de cada uno de los miembros de la pareja deben tomarse muy en serio. El Talmud lo especifica en leyes muy detalladas, que han pasado a formar parte del gran libro de leyes jud?o, llamado ?Shulj?n Aruj?, editado hace unos quinientos a?os por un jud?o expulsado de Espa?a, rab? Yosef Caro, y que sigue siendo estudiado, revisado y retocado por los Sabios de Israel hasta el d?a de hoy. Unos trescientos a?os antes, Maim?nides tambi?n recogi? todos estos detalles en su obra enciclop?dica ?Mishn? Tor??.
Tambi?n las obligaciones de la mujer en la vida matrimonial est?n detalladas, pero m?s a?n lo est?n las obligaciones del marido, que llegan a estar escritas en el documento que entrega a su mujer en el momento de la boda, la llamada ?Quetub??, sin la cual est? prohibido convivir con la mujer.
Son obligaciones legales que expresan un ?algo? que se esconde detr?s de todas estas legalidades. Un ?algo? tan grande que no hay palabras para describirlo.
Consagraci?n
La boda, en hebreo, se denomina ?kidush?n?, que en realidad significa ?Consagraci?n?, ya que el marido consagra a su mujer para una vida en com?n. ?Parece poco? En primer lugar, podemos aprender de la bendici?n que se recita al llevar a cabo durante la ceremonia nupcial, que acaba diciendo: ?Bendito seas, Se?or, que consagras a tu Pueblo Israel por medio del palio y la consagraci?n?. O sea, que el Creador nos consagra tambi?n a nosotros cada vez que un novio consagra a su novia. El palio nupcial del Pueblo Israel fue el cobijo especial que nos proporcion? el Creador a la salida de Egipto y por el que celebramos la fiesta de Succot, la Fiesta de las Caba?as. ?Nos casamos? con el Creador, siguiendo el ejemplo que pone el libro de Shir haShirim (Cantar de los Cantares).
Esta uni?n entre marido y mujer de Israel, cuando es llevada a cabo del modo correcto, ?consagr?ndose? para ello, los eleva a un nivel muy superior al de la simple uni?n entre var?n y mujer de otros pueblos, ya que les concede la posibilidad de transferir a sus hijos la posibilidad de ponerse en contacto con el Creador a nivel prof?tico, que los hijos deber?n desarrollar personalmente, por supuesto.
Una mujer nueva
Quiero fijarme en el tercer pasaje que habla de relaciones matrimoniales. En el cap?tulo 24:5 nos dice la Tor? que cuando una persona toma una ?mujer nueva? debe librarse de cualquier trabajo molesto, no puede ir al ej?rcito o a trabajos que le alejen de su casa, ya que durante el primer a?o debe estar ?limpio para su casa?.
Se refiere al duro trabajo que debe llevar a cabo cada uno de los miembros de la nueva familia en las primeras fases de su matrimonio, cuando aprenden a conocerse, a dialogar, a debatir y a llegar juntos a la conclusi?n. A respetarse mutuamente y amarse m?s de lo que se amaban antes del matrimonio. Deben hacerlo antes de que el primer hijo les distraiga la atenci?n, antes de que, por descuido, se establezcan unas rutinas err?neas, fl?ccidas, que, al llegar el primer problema, no basten para asegurar la vitalidad de la relaci?n. No se trata de un ?viaje de novios?, una ?luna de miel? lejos de casa para comenzar alegremente la relaci?n matrimonial, sino de un trabajo juntos, precisamente en la casa donde van a convivir hasta el final de sus d?as.
Pro-creaci?n
Habr? sido precedido por una concienciaci?n de la misi?n que deben llevar a cabo juntos, que es principalmente la procreaci?n, como ya hemos visto. Tal vez deber?amos decir simplemente ?creaci?n? sin el prefijo ?pro?. Por cierto, que muchos substituyen la palabra ?procreaci?n? por la de ?reproducci?n?, quit?ndole todo lo bonito, todo lo sagrado y especial, a la tarea que tenemos de ?crear? nuevas personas en este mundo. Reproducci?n implica ?repetici?n de una producci?n?, mientras que ?procreaci?n? habla de algo transcendental que de pronto aparece en este mundo, algo completamente nuevo, incomparable a lo que ya exist?a: un nuevo mundo.
Solo de este modo podremos estar seguros que el matrimonio conseguir? vivir en concordia por muchos a?os, cumpliendo con la misi?n que el Creador nos ha impuesto, a?adiendo m?s vida positiva en el Mundo.
Si este tipo de comentarios se publicaran en toda clase de medios de comunicaci?n, las personas tendr?an un panorama m?s claro de lo que realmente significa contraer matrimonio, se casan y van como a ciegas, no permanecen, por x o y motivos se separan y cada uno por su lado. Recuerdo que cuando le dije a mi padre hace 35 a?os que me iba a casar, me dijo, si?ntese all?, con voz grave me pregunt?, ya lo pens? bien?, le dije si, est? seguro?, le dije si, el matrimonio no es f?cil tiene momentos dif?ciles pero no es dif?cil tiene gratos momentos; le dije espero que sean muchos gratos momentos. Me dijo, su usted va a sacar a esa joven de casa de su familia para hacerla sufrir, mejor d?jela ah?; le dije no, quiero hacerla feliz, en ese momento me dijo p?ngase de rodillas y al hacerlo puso sus manos sobre mi cabeza y me dio una bendici?n que a?n hoy, disfruto en mi matrimonio y mi hogar. Bendito sea HASHEM por toda la eternidad…..