El buen sabor – Comentario a la parash? de Matot

Por Rabino Nissan Ben Avraham

La purificaci?n de los utensilios1395973336-0

En el cap?tulo 31 del libro de Bmidbar hay cuatro vers?culos, del 21 al 24, que hablan de la purificaci?n de los utensilios que fueron usados en la batalla contra los midyanitas.

Como podemos ver en el contexto, estos cuatro vers?culos forman una unidad separada, despu?s de la recriminaci?n de Mosh? que acaba, en el vers?culo 20, advirti?ndolos que deben purificar los utensilios de madera y de cuero, y las ropas que usaron en la batalla. El Sumo Sacerdote Eleazar a?ade lo que Mosh? olvid? mencionar. Seg?n nuestros Sabios, al enfadarse perdi? Mosh? parte de su capacidad y olvid? mencionar parte de las instrucciones, hasta que el Sumo Sacerdote las mencion?.

As? pues, los utensilios de oro, de plata, de cobre, de hierro, de bronce y de plomo tambi?n tienen su purificaci?n.
La cuesti?n aqu? es ?a qu? tipo de purificaci?n se refiere?

Mosh? habla claramente de la purificaci?n despu?s de haber tomado contacto con cad?veres humanos durante la batalla. Pero las palabras del Sumo Sacerdote parecen referirse a algo m?s, ya que dice, en el vers?culo 23, que tambi?n debe rociarse con agua de asperjada, que es el m?todo para eliminar la impureza de la muerte, como ya vimos en el cap?tulo 19 de este libro, preparada con cenizas de la vaca roja. Por lo tanto, debemos comprender que aqu? se refiere a otro tipo de purificaci?n, y con ello entramos de lleno en las normas de casherizaci?n de los utensilios de comida. Este es el principal, aunque no el ?nico, lugar en que aparecen estas leyes.

Mientras la purificaci?n de la impureza de la muerte no es obligatoria mientras no tengamos el Templo y los sacrificios, la casherizaci?n est? en pleno vigor y debe llevarse a cabo siempre que sea necesaria, como veremos a continuaci?n.

El gusto prohibido

El Talmud, en el tratado de Nazir 37b, dice que el texto habla de los utensilios que pertenec?an a los midyanitas y en los que hab?an cocinado comidas que nos est?n prohibidas a los Hijos de Israel. El Talmud cita a los Sabios que discuten sobre si el gusto de las comidas cocinadas en las ollas se mantiene m?s de veinticuatro horas, o si se estropea ya el sabor con el tiempo que transcurre y queda el gusto prohibido que ser? trasmitido a la comida que sea cocinada en el mismo utensilio a continuaci?n. Por ello, deberemos ?casherizarlo?, vocablo que viene de la palabra casher = apto, en hebreo.

Normalmente el gusto ?contenido? en una olla en la que se ha cocinado algo prohibido, se estropea al cabo de 24 horas, por lo que no deber?a ser necesario hacer nada m?s que esperar este tiempo y no tener que casherizar los utensilios. Esto significa que al pasar este tiempo ya no es un sabor de comida, sino un sabor de desperdicio, que estropea el buen sabor de lo que estemos cocinando ahora y por lo tanto no se considera un factor prohibitivo.

De todos modos, esto es solo si no se ha cocinado nada en las ?ltimas veinticuatro horas, pero si la olla sigue us?ndose, es como si ?mantuviera vivo? el buen sabor de la comida prohibida, y cuando, al cabo de largo tiempo de haberse cocinado la prohibici?n, queramos usarlo nosotros para preparar nuestra comida, a?n estar? el sabor prohibido que influya en nuestra comida.

Por ello los Sabios tem?an que las instrucciones no fueran seguidas debidamente y por lo tanto dieron la indicaci?n de casherizar incluso despu?s de haber pasado mucho tiempo.

Hay otra opini?n que dice que, al contrario, es necesario esperar estas veinticuatro horas para que el sabor ?se debilite? y pueda ser extra?do por medio de la casherizaci?n, y aunque esta opini?n no es aceptada como correcta, la a?adimos a la anterior y por lo tanto as? lo hacemos: que primero esperamos veinticuatro horas sin hacer ning?n uso y luego lo casherizamos.

Pasar por fuego o por agua

El m?todo para casherizar los utensilios est? especificado en el vers?culo 23: ?lo que pase por fuego ser? pasado por fuego y ser? purificado, pero debe rociarse con agua de asperjada, y lo que no pase por fuego ser? pasado por agua?.
O sea, que los instrumentos que se usan directamente sobre el fuego sin intervenci?n del agua, como ser?n las parrillas, en que el fuego llega directamente a la comida sin ser interrumpido por el utensilio, deber?n ser calentados al fuego hasta ponerlos al rojo vivo, seg?n la expresi?n talm?dica. Esto, por supuesto, ya no puede hacerse, ya que solo el hierro se pone al rojo vivo, mientras que los materiales modernos por mucho que se calienten muy dif?cilmente llegar?n a ponerse al rojo. Por lo tanto lo que debe hacerse es calentarlos hasta que al retirarlos del fuego puedan ennegrecer un trocito de paja depositado sobre ellos.

Cuando no se trata de utensilios de este tipo, sino de ollas en las que la comida est? depositada en su interior, se casherizan por medio de agua hirviendo. O sea, que el utensilio que queremos casherizar debe introducirse dentro de otro m?s grande que est? al fuego y en el que hay agua hirviendo. Y si no encontramos otro m?s grande, pues deberemos ponerlo a ?l mismo al fuego hasta que el agua hierva y se derrame por encima de sus bordes (a?adiendo m?s agua hirviente para que pueda rebosar).

Si se trata ya de platos y cubiertos, hacemos lo mismo, pero en realidad puede bastar con derramar sobre ellos el agua hirviente, sin tener que introducirlos en una olla al fuego, ya que no los usamos al fuego.

Y as? declaran los Sabios en el Talmud: ?tal como lo absorbe, as? lo expulsa?, refiri?ndose a que el modo en que un utensilio haya absorbido el gusto prohibido (al fuego, con agua o tan solo indirectamente) es el modo que debemos usar para expeler este gusto.

La Tevil?

Nos queda por ver un ?ltimo, pero no menos importante, detalle.

Cuando vimos el vers?culo 23, vimos una expresi?n innecesaria. ?Lo que pase por fuego ser? pasado por fuego y ser? purificado, pero debe rociarse con agua de asperjada, y lo que no pase por fuego ser? pasado por agua?. La expresi?n ?y ser? purificado?, seg?n una opini?n de los Sabios del Talmud, se refiere a algo m?s que debe hacerse con dichos utensilios, ya que est? claro que hablamos de su purificaci?n.

Como hemos visto, nos referimos a los utensilios de comida que hab?an pertenecido a los midyanitas, que hab?an sido usados para preparar comidas prohibidas. Y hemos visto qu? debemos hacer para ?sacar? el gusto prohibido. Todo ello es para utensilios de comida caliente, ya que si la comida servida en ellos es siempre fr?a (menos de 43?C), no es necesario casherizar nada.

Pues bien, seg?n una opini?n talm?dica, esta expresi?n ?y ser? purificado? se refiere a que todos los utensilios de comida que hab?an pertenecido a un no-jud?o deben ser sumergidos en el agua de la mikve para que el jud?o pueda usarlos. Y aqu? no hay diferencia entre utensilios usados o completamente nuevos, entre los que se usan con comida caliente o con comida fr?a: todos ellos deben ser ?purificados?, al igual que un pros?lito se sumerge en la mikve para comenzar una nueva etapa como jud?o.

No. No todos est?n de acuerdo que sea esta una obligaci?n b?blica, ya que hay quien opina que es un precepto rab?nico que solo ?se apoya? en este vers?culo para facilitar su memorizaci?n. Pero todos est?n de acuerdo en que los utensilios de comida deben ser purificados al sumergirlos en el agua de la mikve cuando los adquirimos de un no-jud?o. E igualmente cuando un pros?lito se convierte en jud?o, es como si adquiriera los utensilios de un no-jud?o y debe purificarlos antes de poder usarlos.

No hemos entrado en los m?ltiples detalles de la casherizaci?n, ?qu? ocurre con utensilios de arcilla? ?C?mo casherizar las sartenes? ?Qu? ocurre cuando no tengo tiempo para purificar un utensilio y debo usarlo urgentemente? Los detalles son muchos y las divergencias entre diferentes versiones u opiniones pueden ser grandes, y no intento copiar las instrucciones del Shulj?n Aruj sino tan solo mostrar el origen de todas estas leyes.

Cada uno tiene la obligaci?n de estudiar la halaj? con calma, fij?ndose en los detalles y haciendo las preguntas adecuadas a su rabino, ya que pueden depender de peque?os detalles de los que no siempre somos conscientes.

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