Por Brian Blum

??No, no, no nos llame l?deres!?, protesta Carlo, uno de los cuatro visitantes, mientras que el Rab Punturello traduce pacientemente.
?Son muy modestos?, se?ala el rabino r?pidamente. ?Pero es verdad: son bastante l?deres. Hacen mucho trabajo ayudando a organizar distintos tipos de seminarios y eventos en Italia?. Carlo, por ejemplo, organiz? actividades para J?nuca en su casa en la regi?n de Catania, incluyendo el encendido de una januki? en una plaza p?blica, evento que organiza desde el 2008.
Los cuatro visitantes Bnei Anusim provienen de distintas ?reas alrededor de Italia y Sicilia. Carlo es de Catania, Leah de Siracusa y Marco y Salvo de Palermo.
?La idea del viaje fue ayudarlos a construir identidades jud?as para estos j?venes que retornar?n a Sicilia y fortalecer?n la comunidad jud?a local?, explica el Rabino Punturello. El itinerario incluye una gran combinaci?n de estudio y turismo.
?Visitaron la ciudad vieja de Jerusalem, la sinagoga italiana, Metzad? y el mar muerto?, dice el Rabino Punturello. ?Pasaron shabat con la comunidad jud?a italiana en Jerusalem; se encontraron con el inmigrante jud?o David Cassuto (ex viceintendente de Jerusalem), quien comparti? con ellos la historia de la juder?a italiana en Israel; y tomaron clases con el Rabino Eliahu Birnbaum?, director educativo de Shavei Israel, quien habla italiano y se desempe?? como el Gran Rabino de Tur?n en Italia.

?Qu? piensan los visitantes italianos de Israel? Solo dos semanas los han dejado profundamente conmovidos. ?Me siento mucho menos solitaria como jud?a?, dice Leah. ?Ser una minor?a en Siracusa crea mucho estr?s. Ahora que he vivido la ?idea? de Israel, incluso por un corto per?odo, me siento m?s segura de ser jud?a en casa. Y m?s fuerte ? porque s? que Israel siempre nos est? esperando.

Marco est? de acuerdo con Leah sobre la falta de ?estr?s espiritual? en Israel. Quiz?s la gente que vive aqu? no lo siente, es normal para ellos, pero yo siento la paz y ?quiero llev?rmela a Italia! No digo que paz significa falta de problemas. Pero hay un sentimiento de completitud en mi alma. Veo otras personas como yo y realmente me siento parte del pueblo jud?o. Como cuando paramos en Ein Gedi para rezar minj?, cerca del mar muerto, y de alguna forma ten?amos un mini?n. ?Esto no pasa en Italia!
?Marco lo dijo correctamente, pero quiero a?adir algo?, dice Carlo. ?Hay un dicho ? proviene de la pel?cula americano ?Into the Wild? – que la alegr?a es real solo si es compartida. Como dijo Leah, en Sicilia estamos solos. Pero aqu?, podemos compartir la alegr?a de nuestra identidad jud?a con todo el pueblo de Israel?.
Es una diferencia cualitativa, contin?a Carlo. ?Cuando estoy en Sicilia y cumplo con kashrut, me siento orgulloso porque estoy conservando la tradici?n. Aqu?, me siento feliz simplemente porque estoy compartiendo lo com?n de la identidad jud?a?.

Salvo est? sorprendido de lo tan ?natural? que se siente estar en Israel. Ha visitado el Estado Jud?o previamente, pero m?s que nada se ha quedado con amigos en Tel Aviv. Esta es la primera vez que paso tiempo en Jerusalem, viendo a la ciudad entera prepararse para shabat ?como una actividad normal?, fue una revelaci?n. ?Venir a Israel es como obtener un paquete de nuevas bater?as. Me da energ?a para regresar a Palermo y tornarme en m?s activo en la comunidad jud?a local. La di?spora es el lugar donde vivo, pero me siento desconectado de la vida real ? la vida jud?a real. Si la vida es una cadena, cuando no estoy en Israel es como si faltase un eslab?n?.
Una de las experiencias m?s comunes de los Bnei Anusim ? sea en Italia, Espa?a, Portugal o Am?rica Latina ? es el descubrimiento, generalmente a una edad determinada, de ra?ces jud?as. Este es, definitivamente, el caso de estos notables j?venes l?deres.
Con la festividad de pesaj acerc?ndose, Leah de 24 a?os, comenta que el tipo de limpieza primaveral que su familia realizaba, se encontraba m?s all? que lo que otros italianos hac?an. ?Ellos no limpian la cocina y el polvo de los libros con la misma intensidad con que lo hac?a mi familia cuando era peque?a?, dice Leah. Pero esto no es lo que la llev? a retornar a sus ra?ces. ?Simplemente sent? que mi alma demandaba acercarse al juda?smo, retornar. Incluso en el colegio, cuando estudi? religi?n como el resto de los ni?os italianos, siempre me sent? distante del catolicismo. Algo del juda?smo me llamaba desde temprano?.
Marco se sinti? atra?do por el pueblo jud?o cuando ten?a 6 o 7 a?os. ?No s? por qu?. No era algo racional. Ni siquiera conoc?a a nadie jud?o personalmente?, dice.
Cuando Marco dej? su casa para ir a la universidad, tuvo la oportunidad de aprender m?s. ?Me di cuenta que hab?a muchas tradiciones en nuestra casa que ten?an or?genes jud?os. Por ejemplo, luego de un funeral, cubr?amos todos los espejos y los hombres no se afeitaban por una cantidad determinada de d?as?, explica, refiri?ndose a las costumbres de luto durante la shiv?. Su familia tambi?n realizaba su propia forma de shejit? ? faenado ritual jud?o ? en los pollos que criaban. Y cuando com?amos huevos nos asegur?bamos que no hubiese sangre en las yemas? ? otra tradici?n jud?a. ?Cuando pienso sobre mi infancia, siento como si mi identidad jud?a hubiese sido robada por las conversiones forzadas [de la inquisici?n] hace tantos a?os atr?s. Fuimos criados como cat?licos, sin embargo las tradiciones de mi familia son jud?as. Hay una desconexi?n, por tal raz?n, actualmente estudio juda?smo de forma mucho m?s profunda?.
Marco, de 32 a?os, se desempe?a como trabajador social para nuevos inmigrantes en Sicilia. ?Soy una especie de puente cultural?, dice. Su sue?o: realizar un trabajo parecido entre los Bnei Anusim en Sicilia y su herencia jud?a.
?Para m?, todo comenz? con un sue?o cuando era muy joven?, recuerda Carlo de 33 a?os. ?En ?l, mi madre y abuela aparecieron y me dec?an ?somos jud?os?. Pero lo dej? de lado. Luego, a los 16 a?os, fui a Inglaterra a estudiar ingl?s en un programa de verano y conoc? un grupo israel?. Me sent? especialmente atra?do a ellos. Comenc? a aprender m?s sobre juda?smo. Y luego empec? a pensar nuevamente en mi sue?o. Era como unir las piezas de un rompecabezas.
Como Leah y Marco, Carlo se dio cuenta que hab?a varias tradiciones jud?as en su familia: su padre siempre salaba la carne antes de cocerla ? elemento relacionado con las leyes del kashrut. El apellido de su madre era ?Franco?, muy com?n entre los Bnei Anusim. ?Lo m?s importante, nunca comimos mariscos en casa. Pi?nsalo ? puede ser posible no comer mariscos en algunas partes de Sicilia. Pero donde vivimos en Catania es justo al lado del mar. ?Puedes llegar a la marina caminando!?
El inter?s de Salvo en el juda?smo fue el m?s tard?o de todos, hace diez a?os, cuando ten?a 25 a?os. Un amigo cat?lico le mostr? un Jumash (5 libros de la Tor?) en hebreo e italiano. ?Fue como un im?n; como el click cuando se enciende una luz?, dice con emoci?n. ?Solo deb?a leerlo, aprender m?s, estudiarlo?.
Esta sorprendente conexi?n llev? a Salvo a viajar frecuentemente a Mil?n ? nueve horas de tren desde Palermo ? donde comenz? a estudiar para la conversi?n. En el trayecto, aprendi? que el apellido de su familia ? Taibe ? es un apellido sefarad? com?n en Libia, de donde proviene su padre. Hab?a, como en el caso de Leah, una limpieza bastante intensiva para la ?poca de pesaj, no com?an huevos con sangre y no hab?a ?im?genes de santos en la casa?, como era com?n en otras casas italianas, agrega.
?Qu? piensan los padres de Salvo del proceso? ?Mi padre siempre am? la gente jud?a y estaba interesado en la historia del Estado de Israel. En el ?ltimo mes de su vida, estudiamos el Jumash en conjunto. Me dijo antes de morir, que si ser?a m?s joven, ??l tambi?n se convertir?a!
El padre de Salvo nunca tuvo la oportunidad, pero el sur de Italia y Sicilia ? y el mundo jud?o en general ? esperan con los brazos abiertos para darles la bienvenida a estos tres j?venes Bnei Anusim que regresan a casa.
Muy bonito muchas gracias