Curaci?n de las Almas – Comentario a la parash? de Vaikr

Por Rabino Nissan Ben Avraham14959M

El motivo de los sacrificios en el Templo

Nuestros Sabios indican que ya el primer hombre, Adam, prototipo del g?nero humano, ofreci? un sacrificio al Creador cuando fue consciente de su creaci?n, aprendi?ndolo en el tratado de Jul?n (60a) y en el Yalcut Shim?on?, de un vers?culo en los Salmos (69:32). Lo mismo hicieron sus dos hijos, uno de los cuales fue aceptado mientras que el del otro fue rechazado, causando una envidia mortal. Despu?s de ellos, vemos que tambi?n N?aj (No?), al salir del arca donde hab?a estado encerrado durante el diluvio, ofrece unos sacrificios al Creador (8:20).

No encontramos otros sacrificios en la Tor? hasta que llegamos a los patriarcas, que construyeron un total de siete altares, se?alando en algunos de ellos que serv?an para ?invocar Su Nombre? (cf. 12:8). Esta expresi?n significa que Abraham implicaba a las personas de su alrededor y no se contentaba con una operaci?n particular.

El Sacrificio del Pacto

El gran ejemplo de ofrendas al Creador lo encontramos precisamente en el cap?tulo 24 del ?xodo (24:5), que seg?n nuestra tradici?n acaeci? en v?speras de la entrega de la Tor?, cuando el Pueblo firma un Pacto con el Creador. En el libro de N?meros (28:6), explica que el sacrificio perpetuo, la ofrenda que se llevaba a cabo diariamente en el Templo, era como aquella ofrenda hecha en el Monte Sinai, significando que aquel compromiso tomado hace 3326 a?os sigue vigente mientras la ofrenda perpetua sea quemada a diario sobre el altar del Templo.

En el libro que comenzamos, el libro de Vaikr?, tambi?n llamado Torat Cohanim, o Ley de los Sacerdotes, normalmente llamado Lev?tico, vamos a encontrar muchos tipos de sacrificios. Algunos de ellos son ?en nombre del Pueblo?, nacionales; mientras que otros son particulares, para expiar pecados cometidos o para agradecer los favores del Creador.

El Fuego Divino

El libro del Cuzar? explica que los sacrificios nacionales est?n destinados a permitir que la Presencia Divina resida dentro del Pueblo de Israel, al igual que la comida que tomamos diariamente permite alimentar el cuerpo para que el alma pueda residir dentro de ?l. Resulta que los sacrificios no son alimento para el Creador, que no lo necesita, sino para alimentar ?el fuego divino sobre el altar?, la energ?a nacional necesaria para mantener la Shejin?, la Presencia Divina, dentro del Pueblo.

Esto implica que, desde hace ya m?s de dos mil a?os, carecemos de esta Presencia y nos parecemos a un enfermo ingresado en el hospital, en la Unidad de Cuidados Intensivos, o peor a?n, como unos huesos secos, como dijo el profeta Yejezkel (Ezequiel 37).

Sacrificios particulares

Por supuesto, en los individuos que traen sus ofrendas al Templo puede haber diferentes intenciones.

Los tres primeros cap?tulos del libro de Wayicr? hablan de ofrendas que no implican de por s? una petici?n de perd?n, ya que pueden ser voluntarias, por un voto o para agradecer unos milagros, unas bendiciones o unos favores recibidos de manos del Creador.

El primer cap?tulo nos presenta los holocaustos. Es esta una palabra griega que significa ?completamente quemado?, ya que el sacrificio es consumido por completo sobre el altar, dejando tan solo la piel para los sacerdotes.

El tercer cap?tulo habla de un segundo tipo de ofrendas, los llamados ?sacrificios pac?ficos? o ?de paces?, t?rminos que denominan que hay una correlaci?n entre todos los participantes: el ?due?o? de la ofrenda, el sacerdote que la sacrifica y ?el altar?, ya que cada uno de ellos recibe parte de la carne de la ofrenda.

Entremedio est? el segundo cap?tulo que habla de ofrendas vegetales, normalmente de harina de trigo y dos de harina de cebada, que pueden servir tanto para sacrificios particulares como p?blicos, tanto para expiaci?n de pecados como de agradecimiento. Hay diferentes tipos, seg?n el modo de su preparaci?n: harina cruda o panes cocidos al horno o sobre la sart?n.

Errores y Culpabilidad

El cuarto cap?tulo trata de los sacrificios para expiar errores cometidos (?jatat?). Tanto el Tribunal (?los Ojos de la Congregaci?n?) como el Sumo Sacerdote o el Rey pueden cometer errores, al igual que cualquier otra persona del pueblo. Por supuesto que el error de un particular normalmente no acarrea consecuencias tan graves como los errores del Tribunal, del Rey o del Sumo Sacerdote, por lo que el tipo de sacrificio y el modo de sacrificarlo van a ser diferentes. Para comprenderlo correctamente deber?amos investigar la ?personalidad? de cada uno de los animales: el buey, el carnero, la oveja o la cabra (o las aves que aparecen al principio del siguiente cap?tulo). Explican nuestros Sabios que con ellos se comprende el extra?o acontecimiento que tuvo lugar con Abraham en el cap?tulo 15 del G?nesis, cuando el Creador le orden? partir en dos toda una serie de animales, que corresponden precisamente a las diferentes clases de ?jatat?, como respuesta a la pregunta de nuestro Patriarca que presentaba la duda de si todos sus descendientes ser?an dignos de residir en ellos la Presencia Divina, y qu? podr?a hacerse para expiar sus errores. La respuesta divina le mostr? los diferentes tipos de ?jatat? que limpiar?an las almas de los descarriados.

En el quinto cap?tulo, despu?s de un nuevo tipo de ?jatat? que cambia seg?n las posibilidades econ?micas del ?pecador? (5:1-13), vemos un nuevo tipo de sacrificio, el llamado ?de culpabilidad? (?asham?). Son pocos los ejemplos, ya que la mayor?a de las trasgresiones cometidas intencionadamente no pueden ser expiadas por medio de sacrificios en el Templo, sino por medios mucho m?s dr?sticos.

En este cap?tulo vemos tres tipos de ?asham?: el ofrecido por quien ha profanado un utensilio del Templo (5:14-15) y el ofrecido por quien ha perjurado sobre un dinero fraudulento (5:20-26). El tercer tipo de ?asham? es el ofrecido por una persona que tiene dudas sobre un posible error cometido por el que deber?a traer un sacrificio de ?jatat?, pero que mientras no est? seguro de poder ofrecerlo, trae el llamado ?asham pendiente?, ya que su error no est? a?n ratificado.

Curadores de Almas

De todos modos, hemos visto que cuando una persona comete errores o negligencias, su alma queda gravemente perturbada y necesita un tratamiento psicol?gico (en el correcto sentido de la palabra, que significa: ?an?mico? o ?del alma?), que lo cure del trauma del pecado. ?ste es el tratamiento que le proporciona la ofrenda de los sacrificios, en manos de unos sacerdotes que saben encauzar las fuerzas espirituales y que est?n especializados en la restauraci?n de las almas estropeadas.

Cuando este proceso no es llevado a cabo correctamente, la persona arrastra el lastre de sus errores a lo largo de su vida, llev?ndole de trauma en trauma hasta que enloquece o hasta que se vuelve impasible a lo que le ocurre (que es una locura m?s grave a?n).

El trabajo de los psic?logos modernos intenta llegar, con medios que est?n muy lejos de ser perfectos, a la reparaci?n de las almas, pero les falta conocer la dimensi?n de la culpabilidad moral, de la relaci?n entre el pensamiento y las acciones, el optimismo de la Tor? sobre las posibilidades de recuperaci?n. Por ello, y por mucho m?s, nos es muy urgente la reconstrucci?n de nuestro Templo, cosa que no podr? llevarse a cabo mientras la mayor?a de nuestro pueblo est? en la Diaspora.

3 thoughts on “Curaci?n de las Almas – Comentario a la parash? de Vaikr

  • March 5, 2014 at 2:38 pm
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    Gracias por vuestras ense?anzas, me enriquece leer las publicaciones.-

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  • September 22, 2014 at 5:49 pm
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    gracias

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