Latido jud?o en medio del mundo cat?lico

Roma, Italia

El juda?smo romano cuenta con pr?cticamente 2000 a?os de historia continua y de identidad exclusiva. La ma?ana, la abre el Gran Rabino en el hospital, como cardi?logo.

Caminar por las calles de Roma, y en especial por la zona del gueto jud?o, significa sentir los ecos de la larga historia, incre?ble y continua. Sus comienzos se remontan al Segundo Templo, a los d?as de los macabeos, y desde el imperio romano ? luego de una corta interrupci?n ? la continuaci?n se mantiene.

Pero por supuesto, Roma es ante todo la capital de la historia del imperio romano y de la iglesia cat?lica. La presencia jud?a recibe un tono especial debido a que es la ciudad donde se encuentra el Vaticano, asentamiento de los Papas desde hace siglos. ?C?mo influyeron al car?cter jud?o de la ciudad la ca?da del imperio romano y las campanas de las iglesias? ?C?mo vivieron y viven los jud?os en el coraz?n del centro mundial del cristianismo?

Los dos mil a?os de esta comunidad particular es una especie de reflejo de toda la historia de la di?spora jud?a. La luz y la oscuridad que fueron parte de los jud?os romanos de la capital cat?lica son una miniatura de las dificultades que pas? el pueblo jud?o en las distintas di?sporas. La forma de la comunidad romana de preservar su existencia f?sica y espiritual incluso en dif?ciles condiciones al mismo tiempo que aporta e influencia a la cultura local, nos ense?a el secreto de la existencia del pueblo jud?o.

Ni ashkenaz?es ni sefarad?es

La comunidad italiana no es ni ashkenazita ni sefaradita, como lo son la mayor parte de las comunidades de Israel, sino que tiene su propia y ?nica tradici?n. Durante una larga ?poca los jud?os desarrollaron una cultura independiente la cual no cuenta con similar alguno en el resto de las di?sporas. Los jud?os de Italia, en su gran mayor?a, se encontraban mezclados con sus compatriotas, no ten?an una vestimenta especial y hablaban el idioma local; el uso del idioma hebreo se encontraba limitado a la tefil? ?nicamente. Sin embargo tambi?n aqu? hab?a un ?idioma jud?o?: ?el judaico romanesco?. Muchos escritores romanos escribieron en este dialecto italiano, el cual era conocido por todos los jud?os como el ladino para los sefarad?es y el idish para los ashkenaz?es.

Testimonio del largo trayecto de la juder?a romana, es el estilo romano de la tefil?. El mismo, es el m?s antiguo de los que conocemos hoy en d?a, y es el que se reza en la Gran Sinagoga de Roma y en otras sinagogas de la ciudad. La fuente de dicho estilo se encuentra en Babilonia y en otros estilos antiguos de la tierra de Israel. Quien no solo ley? el sidur sino que tuvo el m?rito de o?r dicho estilo de tefil?, pudo percibir la pronunciaci?n especial de las palabras y las m?sicas especiales del estilo italiano, las cuales son distintas a las ashkenaz?es y sefarad?es.

El comienzo del asentamiento

La di?spora romana es la m?s antigua de las di?sporas de Europa. Los jud?os se encuentran en Roma desde la ?poca de Julio Cesar, y desde ese entonces la vida jud?a se mantiene en forma continua en el lugar a distintos niveles, dependiendo de la ?poca. Otras di?sporas en cambio, incluso aquellas que cuentan con una larga historia, no lograron tanta continuidad, y esto sin ninguna duda influye al presente de la comunidad y quiz?s tambi?n al futuro.

El asentamiento jud?o en Roma fue establecido no m?s tarde que en el siglo I d.e.c. Ya en dicha ?poca los jud?os de la ciudad eran una importante poblaci?n, la cual contaba con miles de personas. Respecto al n?mero exacto, los investigadores tienen distintas teor?as: hay quienes dicen que hab?a 20.000, y hay quienes llegan a 50.000. La mayor parte de los jud?os lleg? all? de Israel, como prisioneros de guerra de Pompeo y Tito, y se convirtieron en ciudadanos, tan solo cuando fueron liberados de la esclavitud. Asimismo, llegaron a la ciudad jud?os que arribaron en la capital por comercio o debido a su oficio.

En el a?o 4 d.e.c lleg? a Roma una delegaci?n de Israel para pedir que se cancele el gobierno de la casa de Herodes. Dicha delegaci?n contaba con 8000 personas. Parte de ellos, se quedaron en la ciudad y se asentaron en la misma. Hace unos a?os, descubrieron un esplendoroso Beit Kneset cercano al puerto romano, el cual fue erigido a fines del siglo I. De acuerdo a las investigaciones, ya en dicha ?poca hab?a en Italia cerca de una docena de sinagogas activas.

Entre Roma y Jerusalem

La relaci?n entre los jud?os de Roma y sus hermanos de la tierra de Israel era muy cercana y cada uno cuid? al otro. Los jud?os de Roma donaron ampliamente a sus hermanos de la Tierra Santa y de Jerusalem e incluso luego de la destrucci?n del segundo templo, continuaron los jud?os romanos apoyando a la instituci?n presidencial de la tierra de Israel. Los jud?os de Israel sosten?an a los jud?os de Roma a nivel espiritual y se ocupaban de que la tradici?n no sea olvidada all?. Esto, lo sabemos debido a que Rabi Matia Ben Jeresh, alumno de Rabi Ishmael, se asent? en Roma y fue nombrado l?der del Beit Hamidrash local (Tratado de Sanhedr?n 32b). Tambi?n otros sabios acostumbraban visitar la capital del Imperio Romano de vez en cuando. La visita m?s famosa es la del Nas? Rab?n Gamliel, y con ?l los sabios de Iavne, en el a?o 95. En el midrash Devarim Raba se relata: ?sucedi? cuando nuestros sabios estaban en Roma, Rabi Eleazar, Rabi Eliezer ben Urquenus, Rabi Ieosh?a y Raban Gamliel?? (Sim?n 24).

Tambi?n Fil?n de Alejandr?a lleg? a Roma en el a?o 40, junto con una delegaci?n de jud?os de Alejandr?a. El objetivo de la visita era convencer al C?sar Cal?gula que anule el decreto que obligaba a los jud?os poner estatuas romanas en todas las sinagogas. En su diario, coment? Fil?n, que durante su recorrido por la ciudad, encontr? a la comunidad jud?a reunida en la costa derecha del T?ber.

Al comienzo, los jud?os romanos ten?an derechos especiales y recibieron permiso del gobierno para practicar el juda?smo. Julio C?sar los liber? del servicio militar y les permiti? reunirse con objetivos religiosos e incluso erigir instituciones judiciales para jud?os de acuerdo a la ley jud?a.

El dominio del cristianismo sobre el imperio romano en el siglo IV trajo consigo el empeoramiento de las condiciones para los jud?os de Roma y del resto del mundo. Luego de que el cristianismo pas? a ser la religi?n oficial del imperio, el status de los jud?os depend?a del Papa, y aquel no siempre se preocup? por el beneficio de los israelitas, por decirlo en forma diplom?tica. La presi?n de la iglesia llev? a la discriminaci?n de los jud?os a nivel civil, econ?mico y religioso. Se les prohibi? tener trabajadores cat?licos, trabajar en puestos p?blicos y crear nuevas sinagogas. En el siglo V se agregaron otras limitaciones relacionadas con el lugar donde pod?an vivir, la ropa que deb?an vestir y el aumento de los impuestos que deb?an pagar.

A la sombra del Vaticano

La relaci?n entre ?el trono sagrado? del cristianismo y los jud?os locales, puede ser definida como ?compleja?, y cuenta con subidas y bajadas ? entre ellos tambi?n algunas ocasiones crueles y dif?ciles. Por un lado, tenemos testimonios de jud?os que trabajaban en distintos puestos en la curia. Uno de los m?s interesantes testimonios es del siglo XII, cuando Benjam?n de Tudela describe a la comunidad de Roma, y nombra a un jud?o llamado R. Iejiel ? nieto de R. Natan, el conocido ex?geta talm?dico el cual escribi? el libro ?HaAruj? ? y que asiste al Papa Alejandro III:

Roma es la capital de la monarqu?a de Edom. Y all? se encuentran cerca de 200 respetados jud?os y no se le cobra impuestos a nadie. Y entre ellos, hay quienes asisten al Papa Alejandro, l?der de Edom. Y all? se encuentran grandes sabios y a su cabeza el Rabino Daniel y R. Iejiel, quien asiste al Papa, y es un bello chico, sabio e inteligente. Y ?l entra y sale de la casa del Papa y es su empleado y se encuentra a cargo de todo lo relacionado al Papa.

A partir del siglo XIII, los papas comenzaron a publicar la ?bula?, un edicto que defend?a a los jud?os y los proteg?a en ciertas ?reas pero que no los exim?a de determinadas degradaciones. Dicha bula, serv?a de protecci?n para los jud?os de Europa en general y los de Roma en particular, y les permiti? a los jud?os que se escaparon de Alemania, Espa?a y el sur de Italia en los siglos XIV-XV ingresar a Roma y residir all?.

El Papa Pablo IV, quien ingres? a su puesto a mediados del siglo XV, decret? una legislaci?n anti jud?a la cual fue utilizada a continuaci?n por casi todos los Papas que vinieron luego de ?l. Les impuso a los jud?os obligaciones y prohibiciones en distintas ?reas, entre ellas: la prohibici?n de poseer casas y tierras, la obligaci?n de que los hombres usen sombreros amarillos y las mujeres pa?uelos amarillos, la prohibici?n de tener empleados cat?licos, la limitaci?n de la actividad p?blica de los jud?os y la reducci?n de su trabajo como prestadores de dinero a cambio de inter?s, la prohibici?n de tener relaciones sociales con cat?licos y la obligaci?n de o?r la pr?dica cat?lica en shabat.

Dicho siglo, es sumamente dif?cil para los jud?os de Roma. Los mismos, fueron obligados a participar de las pr?dicas de los predicadores cristianos, monjes y curas, las cuales tuvieron lugar en su mayor?a en Shabat en el Beit Hakneset. Dado que los predicadores no tuvieron tanto ?xito en convencer a los jud?os de Roma en convertirse y convertir a otras personas al cristianismo, la iglesia utiliz? el secuestro de mujeres y ni?os peque?os, los cuales fueron tomados a la fuerza de sus familias y convertidos. Dichos eventos continuaron hasta 1870.

El mismo Pablo orden? crear un gueto en Roma, en el a?o 1555. El origen de la palabra gueto se remonta al idioma Italiano, GHETTO, y el primero fue establecido en Venecia ? Italia ? a comienzos de dicho siglo (1516). Luego de que el gueto de Roma fue establecido, comenzaron proliferar r?pidamente nuevos guetos en toda Europa ? en Francia, en Alemania y en pa?ses adicionales. P?o V continu? el camino de su antecesor, hasta que pr?cticamente no hab?a ciudades en Italia donde no hab?a guetos. Le debemos, entonces, la palabra y el lugar que pas? a ser el s?mbolo de la angustia y la persecuci?n de los jud?os en todas las generaciones, al ?santo trono? y a quien se encuentra en su cabeza.

Sin embargo, mientras que en otros lugares de Europa hab?an persecuciones contra los jud?os durante la edad media, y comunidades completas fueron expulsadas de sus pa?ses, ciudades y pueblos de Inglaterra, Francia y Espa?a, justamente en Roma los jud?os estaban protegidos de la expulsi?n, entre otras cosas por la creencia de la iglesia acerca de que la existencia y la di?spora jud?a son la prueba de la verdad del cristianismo. Esto, se debe principalmente a la interpretaci?n de los cristianos del vers?culo de los Salmos ?No los mates, para que mi pueblo no los olvide? (Salmos 59:12).

Tan s?lo en la ?poca de la emancipaci?n, pudieron los jud?os liberarse de la presi?n eclesi?stica, y por supuesto ? esto llev? a que los jud?os apoyen la revoluci?n. En el a?o 1798 Roma fue conquistada por los franceses y en honor a dicho hecho, los jud?os establecieron el ??rbol de la libertad? en la plaza central del gueto, el cual representaba la igualdad de status civil con aquel del resto de los ciudadanos.

Sin embargo, dicha libertad no dur? muchos a?os y Roma volvi? a ser gobernada por el gobierno italiano y papal en el a?o 1814. Los jud?os regresaron al gueto hasta el a?o 1848, cuando P?o IX destruy? los muros del mismo. Tan s?lo en 1870, finaliz? el gobierno papal de Roma. Los jud?os salieron completamente de su asentamiento en el gueto y su status fue comparado al del resto de los ciudadanos. Dicho acontecimiento, llev? a varios jud?os a instalarse nuevamente en Roma. A partir del a?o 1870 hasta 1930 la poblaci?n jud?a de la ciudad creci? de 4000 a 11000 personas, y los jud?os volvieron a formar parte del ?rea comercial y cultural de la ciudad.

Camisas Pardas

El fin de la era papal no trajo consigo el fin del antisemitismo hacia los jud?os romanos. En el a?o 1934 apareci? el partido fascista, el cual declar? a los jud?os el enemigo del movimiento y del pueblo. A pesar de la gran afinidad entre los jud?os y la cultura y la sociedad romana, y quiz?s justamente por eso, los jud?os italianos sufrieron la dictadura fascista la cual los quit? de los puestos p?blicos y de los colegios. As?, a pesar del deseo de los jud?os italianos de asimilarse a su alrededor e incluso mezclarse en la cultura local, les fue nuevamente recordado su status particular.

En la v?spera de la sho?, en toda Italia hab?a 43000 jud?os, y doce mil de ellos en Roma. 7000 jud?os italianos fueron enviados a los campos de exterminio, y tan solo 800 fueron salvados. La mayor parte de los jud?os de Italia ? cerca de 30000, se escondieron durante la guerra en distintos lugares, en especial en casas de vecinos, curas y en monasterios. Cerca de 4000 jud?os romanos encontraron albergue en instituciones eclesi?sticas. Inmediatamente luego de la guerra la comunidad romana fue restaurada y una d?cada despu?s, ya contaba nuevamente con 12000 jud?os.

En Roma, sucedieron dos tragedias, m?s all? del exterminio de 2000 jud?os. Una, la m?s conocida, fue la negativa del Papa P?o XII de condenar el asesinato de jud?os en la sho?. La segunda, fue una tragedia local: el Gran Rabino de Roma, el Rabino Israel Zolli, se convirti? al cristianismo poco tiempo despu?s de la guerra. Dicha figura p?blica, encontr? refugio en el Vaticano durante el per?odo b?lico, y con la liberaci?n de la ciudad en 1945, el mismo fue alejado de su puesto debido a sospechas que durante la guerra hab?a entregado listas de jud?os al ej?rcito Nazi. Zolli eligi? convertirse al cristianismo. El Rabinato lo recibi? el Rabino David Prato y luego el Rabino Elia Tabaf, el cual se desempe?? en dicho puesto durante 50 a?os.

Los jud?os romanos en la actualidad

Los jud?os romanos e italianos se dividen en dos grupos: los jud?os italianos aut?nticos, ?de Roma?, descendientes de aquellos que se asentaron en la zona durante el imperio romano; jud?os de ascendencia sefarad? los cuales llegaron despu?s de la expulsi?n de Espa?a en los siglos XVI y XVII; jud?os sefarad?es que llegaron en el siglo XX, principalmente de Libia, Ir?n, Egipto e Iraq; jud?os ashkenaz?es, quienes arribaron a Italia producto de las persecuciones.

A pesar de la divisi?n sociol?gica e hist?rica, es dif?cil decir que las diferencias son tangibles. Gran parte de los emigrantes a Italia se ?asimilaron? a la cultura jud?a italiana y adoptaron las costumbres del lugar, desde los gustos gastron?micos y hasta las m?sicas y las tefilot. Otros contin?an respetando las costumbres de los lugares de donde provienen, pero se han integrado de forma completa en la vida comunitaria y social. As?, la comunidad de Roma es sumamente distinta a la de Mil?n por ejemplo, la cual a pesar de ser la segunda m?s grande de Italia, no tiene fuertes ra?ces y es producto de la ?reunificaci?n de las di?sporas? de jud?os que llegaron de Persia, Lubia, Siria, etc.

Incluso hoy en d?a, hay en Italia – a diferencia de la mayor parte de Europa ? una gran dispersi?n geogr?fica de los jud?os a lo largo de la bota italiana. En Roma viven cerca de 15000 jud?os, la mayor parte de la juder?a italiana; en Mil?n 10000. El resto de los jud?os italianos se dividen en comunidades medianas de 500 a 1000 jud?os en Torino, Venecia, Florencia, Livorno y Trieste, y comunidades peque?as las cuales cuentan con entre 100 y 200 jud?os, en ciudades tales como Bolonia, G?nova, N?poles, Padua y Piza ? comunidades que en su mayor?a se encuentran en proceso de desfallecimiento. En comunidades ?miniatura? como Sicilia, Apulia, Vari o Torino en el sur de Italia hay una cantidad de jud?os que no llega a mini?n. En total se trata de 30.000 jud?os, los cuales se encuentran dispersos en m?s de treinta ciudades o pueblos. Los jud?os de Italia viven con plena asimilaci?n: de acuerdo a los l?deres locales, en las comunidades peque?as el porcentaje de matrimonios mixtos llega al 80%, mientras que en las grandes es de aproximadamente el 50%.
Es importante recalcar, que la investigaci?n que se llev? a cabo a comienzos del siglo XXI nos demuestra que el 62% de los jud?os que fueron elegidos no ven al matrimonio mixto como algo negativo.

Beit Midrash para rabanim

Entre las m?s respetadas instituciones del juda?smo romano es posible recalcar a un antiguo instituto y a uno nuevo. El instituto que cuenta con una larga historia es el Beit Hamidrash para Rabinos el cual fue establecido por Shmuel David Lutzato, Shadal en P?dova en el a?o 1829, y m?s tarde se traslad? a Roma. Desde su comienzo, el Beit Hamidrash capacita sin descanso a generaciones y generaciones de rabinos de acuerdo a la costumbre italiana, combinando el estudio de Tor? con el de materias seculares. El nuevo instituto, es una universidad jud?a, ?Touro Colleage?, con la presidencia del Rabino Dr. Shalom Bachbut ? ?nica instituci?n europea leal a la integraci?n cl?sica la cual era costumbre en Roma entre el juda?smo y la cultura general.

El gran rabino de Roma, el Rabino Dr. Di Seni, contin?a una larga tradici?n italiana, la cual proviene de la edad media, de rabinos que eran a su vez m?dicos. El Rab Di Seni comienza su d?a como m?dico y contin?a despu?s del mediod?a como Gran Rabino y curador de almas. Debido a su puesto, el mismo sirve como la figura espiritual, y como tal asiste a los jud?os de la comunidad romana, y como ?ministro de relaciones exteriores? en todo lo que tiene que ver con el Vaticano y el gobierno italiano a nivel religioso.

Uno de las figuras m?s activas por el fortalecimiento de la juder?a romana y de las comunidades peque?as, es el Rabino Rub?n De La Roca, director educativo de la ?Federaci?n de Comunidades Italianas?, organizaci?n que abarca a todas las comunidades italianas, fue establecida de acuerdo a la ley estatal y cuenta con apoyo presupuestario del gobierno. De acuerdo a la legislaci?n local, la cual comienza en 1930, todos los jud?os italianos deben pertenecer y estar inscriptos en una de las comunidades jud?as del pa?s, y parte de los impuestos que el particular abona son transferidos directamente a su comunidad. Este modelo es sumamente extra?o en la edad moderna, donde en su mayor?a, la pertenencia a comunidades en el mundo occidental es voluntaria y un tema netamente organizativo de los jud?os, y no un asunto gubernamental.

De hecho, los jud?os romanos le deben gran parte de su supervivencia al gobierno fascista, el cual legisl? en 1938 una ley que defiende la ?raza italiana?, y as? prohibi? a los ni?os jud?os y a otros, estudiar en los colegios primarios donde estudiaban los ?arios?. Esto, llev? a la apertura de instituciones jud?as para los ni?os que fueron expulsados de los colegios estatales. El colegio jud?o de Roma, incluye desde jard?n de infantes hasta fines del secundario y cuenta con cerca de 1000 alumnos.

En Roma, hay m?s de diez sinagogas activas, cuando la m?s grande e importante es la Gran Sinagoga de Roma donde contin?an rezando de acuerdo a la tradici?n originaria y antigua de los jud?os romanos. Adem?s del Beit Kneset, la comunidad de cuenta con todo lo necesario para poder vivir una vida jud?a y religiosa, colegios jud?os, geri?trico y hospital jud?o, instituciones de bienestar, movimientos juveniles sionistas, revistas jud?as, tribunales rab?nicos, biblioteca, museo que relata la historia de la comunidad y muchas clases de Tor?.

El arco del triunfo y la costumbre del lugar

Quien llega a Roma, no puede no visitar el arco del triunfo, el cual representa el triunfo pasado del imperio romano sobre el pueblo jud?o, durante La Gran Revoluci?n en el a?o 70. En los relieves del arco ? el cual se encuentra all? cerca de 2000 a?os ? hay esculpidos prisioneros del imperio de Iehud? los cuales llevan consigo los instrumentos del Beit Hamidkash e ingresan derrotados a la capital romana. Una pr?ctica com?n entre los jud?os romanos es el no pasar bajo dicho arco. Quienes conocen del tema, cuentan que los jud?os de Roma pasaron bajo el arco del triunfo solo una vez y en el sentido contrario. La fecha de dicha marcha fue el d?a del establecimiento del Estado de Israel, el 5 de Iyar de 5708, y la direcci?n de la marcha fue hacia el sur, hacia Eretz Israel.

As?, mientras que el Pueblo de Israel y el Estado de Israel existen y se fortalece cada vez m?s, de Tito y del imperio romano no queda m?s que el Arco del Triunfo. Y as? dicen los jud?os de Roma: ?Tito, quien destruy? el Beit Hamikdash y exili? a los jud?os de la Tierra de Israel, ?que qued? de ?l?, un monumento, un lindo monumento??.
A pesar de la larga y complicada historia de los jud?os romanos, los mismos se encuentran orgullosos de su identidad jud?a y romana, y de su camino especial, tomando un sitio de honor en la historia de nuestro pueblo. El antiguo gueto jud?o ya no es lugar de vivienda, sino una zona tur?stica, con restaurantes kasher, sinagogas y en especial un ambiente con olores del pasado los cuales fueron preservados en las calles del gueto y representan el pasado glorioso de la comunidad romana.

Rabino Eliahu Birnbaum

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