La familia Simon, Jana y Shlomo, nos invit? a celebrar en su casa la fiesta semanal jud?a del S?bado. En hebreo se pronuncia Shabat, que es su trascripci?n inglesa, un sonido que no existe en castellano, pero s? en catal?n: Xabat. Algunos escriben Sabbat, aludiendo tambi?n a la supuesta asamblea ceremonial de brujos y brujas, en que se rend?a culto al diablo, a menudo presente en forma de macho cabr?o.
Es evidente que la coincidencia de los dos significados en la palabra Sabbat es producto de la judeofobia cristiana, que intent? denigrar y criminalizar las pr?cticas religiosas del juda?smo. El S?bado, Sabbat o Shabat es simplemente el d?a de descanso de los jud?os, en conmemoraci?n del s?ptimo d?a despu?s de la primera semana de la Creaci?n (G?nesis 2:2-3).
La obligaci?n de recordarlo, guardarlo u observarlo viene impuesta por el cuarto mandamiento: ?Acu?rdate de consagrarme el descanso del s?bado. Tienes seis d?as para trabajar y hacer todas las labores necesarias, pero el s?ptimo d?a es el d?a de descanso, dedicado al Se?or, tu Dios.? (?xodo 20: 8-11) Constituye un pacto eterno entre Dios y el pueblo de Israel (?xodo 31:16-17).
Los jud?os se toman muy en serio este mandamiento, que los cristianos o mesi?nicos, influidos por el mitra?smo y por el paganismo romano, traspasaron al Domingo, lo que constituy? otra ruptura con sus or?genes jud?os. La primera fue la supresi?n de la circuncisi?n, pero la m?s importante fue establecer el dogma de la Sant?sima Trinidad.
El S?bado jud?o se inicia a la puesta de sol del viernes, poco antes del crep?sculo, y termina despu?s de la puesta de sol del s?bado. Jana Simon (Aina Canals), nuestra anfitriona, permiti? a Pedro Prieto que hiciera fotos en el momento de encender las velas. Esta ceremonia, reservada a la due?a de la casa (baalat habait), marca el inicio del S?bado. Despu?s ya no se pueden ejecutar actos que signifiquen trabajo en el sentido de crear, producir o realizar esfuerzos.
La due?a de la casa, o en su ausencia otra persona, debe encender, como m?nimo, dos velas en honor de los dos mandamientos de recordar (zajor) y de guardar (shamor) el d?a del S?bado. Jana y una amiga invitada se cubrieron el rostro con las manos para mayor concentraci?n y experimentar la alegr?a de la luz tras las tinieblas.
Ese d?a se ha limpiado la casa de arriba abajo, como sol?an hacer antes las mujeres de Mallorca (fer dissabte). Siguiendo las prescripciones milenarias, Jana prepar? una mesa festiva, con la mejor cuberter?a, y puso encima dos hogazas de pan trenzado para la bendici?n.
El S?bado en la sinagoga
Mientras hac?amos las fotos, los hombres se fueron a la sinagoga. El barrio de los Simon tiene un dise?o inteligente. Aunque se halla en un lugar c?ntrico de Jerusal?n, las viviendas quedan aisladas del exterior y dispone de amplios espacios verdes delante de cada bloque para que jueguen los ni?os.
Fuimos primero a la sinagoga sefard?, luego a la askenaz?. Los ritos sefarditas son m?s amenos, se canta con mayor frecuencia. Cualquiera puede dirigir los rezos, pero en general lo hace el cantor o Jaz?n. Todos llev?bamos cubierta la cabeza con la kip? o solideo, seg?n la pr?ctica tradicional, aunque no obedece a ninguna prescripci?n b?blica. En las sinagogas ortodoxas, tanto sefarditas como askenaz?es, las mujeres rezan separadas de los hombres.
La judeofobia cristiana vio en la sinagoga un ?concili?bulo, reuni?n de personas que traman algo il?cito o una intriga?, seg?n definici?n del diccionario de Mar?a Moliner. San Jer?nimo la llamaba ?fornicaria?, ?cortesana?, ?ad?ltera? y san Juan Cris?stomo la calific? de ?lupanar?, ?cueva de ladrones, ?lugar de todas las fechor?as?.
Ni Pedro Prieto ni yo tuvimos esa impresi?n. El servicio vespertino (maariv) de la sinagoga iba precedido por la ?recepci?n del S?bado? (Kabalat Shabat), que insta a los poderosos a postrarse ante Adonai (el Se?or) y glorifica la palabra de Dios. Luego, en la plegaria de consagraci?n y alabanza, llamada Kadish (santo, en arameo), imprecaron: ?Del cielo venga gran paz, vida y abundancia, salvaci?n, consuelo y liberaci?n… Am?n.?
Los asistentes repet?an una frase, sacada del Deuteronomio (6:4), que todos los jud?os han de llevar grabada en el coraz?n, porque constituye la esencia del juda?smo y tambi?n del monote?smo: ?Shem? Yisrael Adonai Elohenu Adonai Ehad? (Escucha, Israel, el Se?or es nuestro Dios, el Se?or es Uno).
A diferencia de la rigidez que se percibe en los oficios cat?licos y protestantes, el ambiente de la sinagoga es relajado. Los jud?os van a la sinagoga como a la casa del Padre, se encuentran en familia, donde las normas estrictas del protocolo quedan suavizadas por la confianza. A la salida y durante todo el d?a del S?bado, se saludan diciendo: Shabat Shalom o S?bado de paz.
Cena op?para
Regresamos a la casa junto con nuestro anfitri?n y los otros invitados, una bella joven askenaz? de Chicago y un matrimonio latinoamericano. Antes que nada, hicimos la abluci?n (netilat yadayim) o lavado de manos preceptivo antes de comer el pan. Hay que echar agua tres veces alternativamente sobre cada mano y sec?rselas despu?s.
Nos sentamos a la mesa. Shlomo trajo una botella de vino. La descorch? y llen? la copa de la bendici?n (cos shel beraj?), parecida a un c?liz Luego bendijo el pan con una oraci?n llamada Ha Motz? (que produjiste), porque dice: ?Alabado seas Adonai, Dios nuestro, soberano del universo,? que produjiste el pan de la tierra? (ha motz? lejem min haaretz). Al terminar la oraci?n nos dio un pedazo de pan a cada uno y lo comimos.
Seguidamente, levantando la copa, pronunci? el Kidush (santificaci?n) del vino. Con el vino de la copa llen? unos vasitos y todos bebimos. Lo mismo hab?a hecho Jes?s con la Matz? (pan ?cimo) de Pascua y el vino. La Halaj? o Ley jud?a prescribe tomar pan y vino en los ceremoniales.
Seg?n la tradici?n, el primer viticultor fue No? (G?nesis 9:18-25), cuya borrachera provoc? la risa de su hijo Cam, cuando ?ste lo vio desnudo en la tienda. Al despertar de la melopea, No? maldijo a Cam en la persona de su hijo Cana?n: ?Que sea esclavo de los esclavos de sus hermanos.? Pero la viticultura triunf? sobre la borrachera y la maldici?n. Se cree que los jud?os extendieron el cultivo del vino, pues en todas las zonas vin?colas actuales hubo antes una fuerte presencia jud?a, por ejemplo, en Espa?a: La Rioja, Pened?s, Empord?, Ribero, etc.
El altar jud?o es la mesa familiar y la cocina la sacrist?a. Por esto, y para evitar conversiones al juda?smo, el Concilio de Elvira (B?tica), el primero que se celebr? en la Hispania romana, decret? la excomuni?n de los cl?rigos que comiesen con jud?os, ya que debi? de considerar la liturgia familiar jud?a mucho m?s aut?ntica que la copia cristiana. Si Jes?s dijo a sus disc?pulos ?cada vez que hag?is esto, hacedlo en memoria m?a?, fue porque sab?a que, como jud?os que eran, lo har?an cada S?bado.
Tras la bendici?n del pan y del vino, los ni?os se acercaron a Shlomo, el due?o de la casa (baal habait), quien les otorg? la bendici?n (Bircat Horim) con una imposici?n de manos sobre la cabeza. Luego enton? alabanzas a su mujer recitando el poema de la mujer fuerte (Proverbios 31: 10-31).
Pedro Prieto y yo, todav?a bajo la impresi?n del ayuno absoluto que hab?an hecho los jud?os con motivo del Tisha be Av, nos hinchamos a comer del aperitivo, pensando que aquello era toda la comida. Hab?a, entre otras exquisiteces, el famoso ?gefilte Fisch? (pescado relleno) de los askenaz?es. Jana hab?a preparado un combinado gastron?mico de diversas culturas, desde el pur? de garbanzos ?rabe (hummus) a la quiche francesa pasando por un gazpacho andaluz con un toque oriental.
Cuando cre?amos haber cumplido, la anfitriona nos present? la cena, con pollo asado y complementos. Luego siguieron los postres, frutas y dulces. La conversaci?n era animada, interminable. De pronto, Shlomo se levant? y retir? la botella de vino. En la cocina empez? a salmodiar unos rezos, que continu? en la mesa acompa?ado por los dem?s invitados.
Pedro Prieto me mir?, asombrado por este cambio brusco de actitud. Como hablaban en hebreo, no entend?amos. En realidad, la retirada de la botella de vino simbolizaba el fin de la cena. Entonces, como est? prescrito, el anfitri?n pronunci? la Bircat Hamaz?n (bendici?n despu?s de las comidas) salmodiando antes el Salmo 126: ?Cuando el Se?or renov? la vida de Si?n, lo cre?amos un sue?o. Nuestra boca se llen? de gritos y de risas…? Termin? alabando al Se?or, ?que nos da el sustento, pero no por el m?rito de nuestras acciones?.
Al salir de la casa, antes de despedirnos, nos condujeron a una casa vecina, en la que para celebrar el S?bado invitan a mucha gente, al estilo de la ?open house? (casa abierta) de Estados Unidos, donde todo el mundo es bienvenido. Durante esas fiestas sabatinas el due?o de la casa y su familia suelen cantar Zemirot o canciones de mesa. Algunos de esos himnos se remontan a la Edad Media, otros al siglo XVI, pero todav?a se siguen componiendo en la actualidad.
Cuando regresamos al hotel, pasamos por la zona donde habitan los seguidores del rabino Lubavitch, cuyas levitas negras, pelo largo con trenzas en las patillas y sombreros negros al estilo cosaco, delatan su origen europeo oriental y ruso.
por Pere Bonn?n
—
Pere Bonn?n Aguil? (Sa Pobla, 1944) es un periodista, escritor, poeta y traductor mallorqu?n, de ascendencia chueta . El 1971 se licenci? en filosof?a y letras por la Universidad de Barcelona y en periodismo el 1972 por la Escuela Oficial de Periodismo de Barcelona.
Es autor de gran cantidad de libros de tem?tica diversa (nazismo, biograf?as). Ha traducido del ingl?s Las plantas misteriosas de Jean M. Auel (1990), y del alem?n, la obra po?tica y teatral de Ralph G?nther Mohnnau (1993 y 98) entre otros. Con Josep Moll ha traducido del alem?n al catal?n Die Balearen, del archiduque Luis Salvador de Habsburgo-Lorena . Ha dado conferencias en el Ateneo Barcelon?s, en la Universidad de Bonn y en la Biblioteca Nacional de Madrid . En 2004 recibi? el Premio Ramon Llull y en 2011 el Escudo de Oro de Sa Pobla