Hace tres semanas, tuvo lugar un festival de luces en la ciudad vieja de Jerusalem, donde j?venes artistas especialistas en arte luminoso, presentaban sus creaciones a lo largo de los distintos pasajes de esta ciudad tan particular.
Entre los beneficios del programa, se encontraba la entrada al museo “La Casa Quemada”. En realidad, m?s que un museo, el mismo es una excavaci?n arqueol?gica de una de las casas que anteriormente pertenecieron a la aristocracia de los Cohanim(sacerdotes), en la ?poca del segundo Templo, la cual posiblemente ten?a vista al Beit Hamikdash, se?alando as? al nivel jer?rquico en que se encontraba dicha familia.
El museo cuenta con una peque?a exposici?n de los distintos artefactos que fueron encontrados en las excavaciones, tales como vasijas, elementos de escritura, perfumeros y dem?s. Luego, el visitante pasa al cuarto principal, donde yacen los restos de la casa, sobre los cuales es proyectada una pel?cula acerca de la historia de la familia que vivi? all?, relato imaginario, basado en los narraciones de la ?poca los cuales nuestros sabios nos comentan en el Talmud.
La pel?cula nos expone a la dif?cil situaci?n que viv?an los habitantes de Ierushalaim durante el sitio del imperio romano a la ciudad, el hambre que pasaba la ciudad baja, donde se encontraban las clases sociales de bajo nivel, y la indiferencia de las clases altas, como los Cohanim de esta casa. La divisi?n interna de la sociedad en general, entre los Kanaim, aquellos que estaban a favor de la revoluci?n contra Roma y los metunim, aquellos que se opon?an a la revuelta y cre?an que hab?a que aceptar al gobierno temporal que se les hab?a impuesto. Dichas divisiones sociales, llevaron a un odio interno el cual finaliz? con la destrucci?n del Beit Hamikdash.
Familias completas se dividieron de acuerdo al apoyo a un grupo o a otro, tal como muestra la pel?cula, e incluso se cometieron asesinatos en nombre de las diferencias.
Dice la Guemar? que el primer Beit Hamikdash fue destruido porque transgredieron las tres mitzvot que antes que transgredirlas uno debe dejarse matar, la idolatr?a, el asesinato y las relaciones sexuales prohibidas, mientras que el segundo Beit Hamikdash fue destruido por el odio gratuito, ense??ndonos as? que el odio gratuito tiene el mismo peso simb?lico que dichas transgresiones.
Debo confesar, que a pesar de no ser la primera vez que asisto al museo de La Casa Quemada, siempre que salgo del mismo, un fuerte llanto y una congoja interna me acompa?a. Esta vez, decid? aprovechar dicha sensaci?n de dolor, para poder rezar una plegaria por la construcci?n del Beit Hamikdash y el amor dentro del pueblo de Israel, con la mayor cavan?(intensi?n) posible. Me dirig? al kotel y elev? mis deseos a nuestro creador.
Dice la guemar?, en el Talmud babil?nico, que en toda generaci?n en que no se construy? el Beit Hamikdash en su ?poca, es como si en la misma se hubiese destruido. Sin embargo, el Talmud Jerosolimitano es algo m?s fuerte a?n en su expresi?n: en toda generaci?n en que no se construy? el Templo en sus d?as, es como si ella misma lo hubiese destruido. Es decir que no solo que dicha generaci?n no logr? corregir el pecado de sus padres, sino que ellos mismos a?n lo cometen.
En los ?ltimos d?as hemos sido testigos de varios enfrentamientos entre hermanos, tales como las manifestaciones de un grupo de jud?os ultra ortodoxos contra la apertura de un estacionamiento en shabat en la ciudad de Jerusalem, las visitas del grupo de izquierda Shalom Hajshav a los asentamientos, las evacuaciones de los maajazim (colonizaciones que no han recibido permiso formal para ser construidas).
Sin embargo, al mismo tiempo, quien pasea por las calles de Jerusalem, puede ver el florecimiento, la prosperidad, en el ?ndice mundial, la misma es una de las primeras ciudades a nivel de cantidad de construcciones y proyectos, las calles repletas y una vida cultural efervescente. Cumpli?ndose as? la profec?a de Zechari?: ?As? dijo Hashem Tzevakot, se sentar?n los ancianos y las ancianas en las plazas de Jerusalem, cada uno con su b?culo de ancianidad en su mano. Y las calles de la ciudad se llenar?n de ni?os y ni?as que juegan en las mismas?.
Esto ?ltimo, nos hace evidente que la redenci?n ya ha comenzado, la profec?a se est? cumpliendo, est? en nuestras manos corregir nuestras acciones, actuar con tolerancia y respeto a pesar de las diferencias y llevar as? a la construcci?n del Beit Hamikdash pronto en nuestros d?as.
Tzivi? Kusminsky