El 26 de mayo, a las 11 a.m., una sirena fue o?da alrededor del pa?s. Equipos de emergencia se ubicaron en sus puestos, las fuerzas de seguridad entraron en estado de alta preparaci?n y miles de personas hicieron su camino hacia los refugios p?blicos.
Fue una escalofriante escena, mientras que los ni?os de los colegios fueron guiados hacia los lugares seguros, y la inocente juventud fue interrumpida por el ruido de la alarma. Afortunadamente, solo fue un simulacro.
Como expres? rotundamente el Coronel Chilik Soffer de la Casa de Comando Frontal de la FDI: ?todos los pa?ses entrenan para situaciones de emergencia como terremotos o incendios. Aqu? en Israel, entrenamos para ellos as? como para los ataques enemigos?.
Vivir en el medio oriente, como cualquier barrio dif?cil, requiere ciertas precauciones, no muy agradables.
Y mientras que el gobierno intenta calmar los nervios del pa?s, asegur?ndonos que se trata solamente de un ejercicio de rutina y sin relaci?n alguna con el funesto estado de la regi?n, era dif?cil no pensar que un mal ag?ero sobrevuela por el aire. De hecho, los titulares estaban repletos de todo tipo de alertas y amenazas, mientras que nuestros enemigos despachaban recordatorios diarios de que sus intenciones eran pac?ficas.
Hace unos meses, el dictador sirio Bashar Assad habl? abiertamente sobre las opciones de declarar la guerra y adoptar la ?opci?n de resistencia?, mientras que el presidente iran? Majmud Ajmadinejad reafirma su determinaci?n de eliminar a Israel. En el norte, el Jizbol? se encuentra ocupado rearm?ndose, y su jefe mat?n, Jass?n Nasrala descaradamente declar? que la navegaci?n israel? comercial y civil puede llegar a ser atacada.
Mientras tanto, en el sur, se reasumieron los ataques de cohetes, y los terroristas palestinos intentaron atacar a soldados israel?es que se encontraban custodiando la frontera. En toda direcci?n, pareciera, nuestros enemigos se est?n preparando para una guerra de exterminaci?n, cada cual intentando superar al otro en la fren?tica intimidaci?n espeluznante.
El arco de injusticia que tiene lugar desde Beirut hasta Damasco, desde all? a Teher?n y desde all? a Gaza, no solamente ha desenvainado la espada sino que est? listo para utilizarla.
MIENTRAS tanto, nuestro m?s cercano aliado, Estado Unidos, se torna cada vez m?s hostil hacia nosotros y nuestros intereses, presion?ndonos para que realicemos m?s concesiones a los enemigos que se encuentran en la puerta esperando para ingresar.
Le guste o no, somos una naci?n que se encuentra bastante sola.
De cara a todo esto, hay una pregunta central que ronda en la tiniebla de miedo: ?d?nde est? Hashem?
Algunos pueden tomar esto como un desaf?o a la justicia divina, pero no me refiero a eso. Soy un hombre creyente, y creo que nuestra liberaci?n llegar?.
A lo que me refiero es: ?d?nde se encuentra Hashem en nuestro discurso p?blico? ?Por qu? no nos tornamos a ?l en este momento de necesidad?
De seguro, el estar listos a nivel militar y diplom?tico es crucial, y debemos seguir realizando esfuerzos en estas ?reas, incluso si esperamos que lo mejor suceda. Pero la desgarradora sirena que son? ayer me record? el sonido del shofar de Iom Kipur, penetrando la inconsciente sirena que caracteriza gran parte de nuestra vida diaria. Este fue un llamado espiritual a despertarnos, dici?ndonos que actuemos. Podemos elegir ignorarla, pero bajo nuestra responsabilidad.
Cada noche, nuestros generales y oficiales de defensa aparecen en las pantallas de televisi?n, insistiendo en que ?Israel es fuerte? y ?que estamos listos?.
Me alegra escucharlo y espero que sea cierto. Pero como hemos visto en el pasado, tener mucha seguridad personal puede llevar a la arrogancia, la cual es una receta para el desastre.
Un poco de humildad y una sana dosis de fe son important?simos para asegurar nuestro triunfo. Por esa raz?n, me gustar?a escuchar a nuestros l?deres proyectar un poco menos de engreimiento y mucha m?s convicci?n.
Cuan refrescante ser?a o?rlos invocar un poco de confianza en el Todopoderoso y traer a Hashem de regreso al di?logo nacional, inyectando lo sacro en el discurso p?blico ? y en el personal.
Esto es m?s que simple sem?ntica; esto va hacia el coraz?n de los desaf?os que enfrentamos. Creer en un mayor poder y en la justicia de nuestra causa en nuestra munici?n espiritual, la que nos da la fuerza y la determinaci?n para poder enfrentar al enemigo.
El Gran l?der jas?dico, Rabi Menajem Mendel de Kotzk, pregunt? una vez a un estudiante d?nde puede ser encontrado Hashem. El joven alumno, sorprendido, dijo la que parecer?a ser la respuesta obvia: Rabi, ??l se encuentra en todos lados!? ?No!?, dijo el Kotzker Rebe, con gran seguridad: ?Hashem se encuentra donde lo dejamos entrar!?
Ahora, m?s que nunca, es el momento perfecto para hacerlo.
Michael Freund