El refinamiento de los impulsos en la Guerra
En la Tor? tres parashot, incluyend la nuestra, se refieren a los actos del ej?rcito hebreo en circunstancias de guerra.
El momento de la guerra es un momento de emergencia y puede borrar, repentinamente, todo el trabajo que se hizo durante muchos a?os para educar al pueblo hacia la moral y los valores humanos. La guerra convierte a los hombres en fieras salvajes, sedientos de sangre y pelea, impregnados de pecados y perversi?n.
La muerte que deambula por el campo de batalla, aniquila el esp?ritu humano, sin que llegue a revivir con el fin de la guerra y el regreso al hogar.
Dentro de la concepci?n humanista reconocida, querra y moral son elementos opuestos. La moral est? construido sobre sentimientos de piedad, conmiserisaci?n y misericordia, pero la guerra induce a la violencia, crueldad y derramamiento de sangre. Sin embargo, el juda?smo no hace una separaci?n entre guerra y moral; ?sta persiste en la paz y en la guerra, estableciendo que el jud?o debe vivir seg?n los principios de la moralidad en todo el tiempo y lugar donde transcurra su vida.
Los valores morales del combatiente jud?o son irrevocables. En los momentos de necesidad tendr? que luchar, consciente de la justicia y de la obligaci?n de vivir en paz con su pr?jimo. Tiempos de guerra y tiempos de paz son acontecimientos que coinciden en la d?vida del Se?or de la paz.
Seg?n el juda?smo, la moral no est? desconectada de la realidad y sus circunstancias. Aun en el caso de problemas ?ticos que se suscitan en una realidad distinta a la acostumbrada, la orden de ?no matar?s? ser? vigente en tiempos de guerra como en tiempos de paz. La moral no cambia; se modifican las circunstancias en la que vive el hombre.
A pesar de que en tiempos de guerra la Tor? exige al hombre fidelidad absoluta al colectivo y al individuo y la entrega de su vida por ellos, renunciando a sus criterios personales en pro de la comunidad, la Tor? no pretende el olvido total de los sentimientos morales y de la naturaleza humana.
La ?nica funci?n del ej?rcito es la defensa del pueblo y su patria. Por eso, antes de salir a la guerra se reforzaba el amor a la naci?n y a la patria, y conjuntamente con la invocaci?n al esp?ritu de valent?a, el sacerdote se preocupaba de fortalecer la moral y la observancia Divina del cielo, que es la fuente del hero?smo. La fuerza del ej?rcito jud?o no reside en el n?mero de sus integrantes ni en el tipo de armamento, sino en su nivel humano, moral y religioso.
Pero, a pesar de todo, durante la guerra es dif?cil evitar el agravio y las faltas de moral. El hombre est? enardecido y sus malos instintos vencen, sin que nadie pueda gobernar sobre ?l en momentos tan dif?ciles. La Tor? fue consciente de todos los peligros que amenazan al hombre en contienda, y por eso, hace advertencias que no ser?a necesario promulgar si el hombres estuviera en su casa gozando de paz.
El soldado del ej?rcito hebreo debe cuidad su pureza, la de su cuerpo, la de su esp?rity y la de los lugares en que se encuentra. Es la pureza lo que demuestra su integridad espiritual. La Biblia no s?lo exige la pureza en el lenguaje, sino tambi?n conservar la limpieza y el orden en todo el campo militar.
No es intenci?n de la Tor? agravar la situaci?n, sino establecer un marco normativo que colabore en el cuidad del nivel moral del ej?rcito. Tampoco pretende ponerse la ?coraza de la justicia?, sino asomarse dentro del sistema de la guerra, para recalcar el valor de la moral y su identidad en todo tiempo y lugar.
Pero debemos recordad que no existe peor existencia para el hombre que la de estar en un campo de batalla. Tal vez sea la circunstancia donde se lo aval?e plenamente, en sus valores y como hombre creyente. All? comprueba en qu? medida la Tor? ha afianzado su imagen y su personalidad.
Rabino Eliahu Birnbaum